Carme Chacón
Diputada
Estimado
Pere:
Supe
días atrás por los medios que el President de la Generalitat había
convocado mañana lunes una cumbre sobre el “derecho a decidir” que sería el
preámbulo de la constitución de lo que él mismo denomina Pacte Nacional para el
Derecho a Decidir.
Poco
después, la dirección del PSC manifestó su intención de participar en esta
primera reunión del lunes por razones de ¨cortesía institucional¨.
Carme y Pere |
Con
posterioridad, los propios medios se han hecho eco de expresiones anónimas de
ciertos sectores de nuestro partido que se muestran favorables a la
participación del PSC en ese Pacte para el Dret a Decidir.
Por
ese motivo he decidido manifestarte con todo el respeto y también de forma
abierta y franca una posición que, a mi juicio, coincide con el sentir de gran
parte de los socialistas catalanes y de una mayoría de los votantes y
simpatizantes de nuestro partido.
Para
empezar, Artur Mas es un dirigente que ha emprendido una desesperada huida
hacia ninguna parte tras su estruendoso fracaso como gestor y como político.
Viendo como los ciudadanos le retiraban su confianza, cualquier dirigente
responsable hubiera rectificado y se hubiera esforzado por tender puentes
dentro de la sociedad catalana y entre Catalunya y el resto de España. Muy al
contrario, agobiado por los estragos de su mala gestión y por los escándalos de
corrupción que alcanzan a los máximos dirigentes de su partido y que han
llegado a provocar el embargo de su sede, incapaz incluso de sacar adelante
unos presupuestos a la altura del mes de mayo, Mas ha acelerado su proyecto de
ruptura unilateral. Un proyecto del que solo pueden derivarse quebrantos y
problemas que vendrán a unirse a los que ya soportan muchos catalanes.
En
esas condiciones, a muchos nos cuesta entender incluso el sentido que pueda
tener la presencia de los socialistas en la reunión del lunes. He leído que
nuestra asistencia se justifica por razones de cortesía institucional. Es una
actitud muy generosa hacia alguien que pisotea a diario sus obligaciones como
President de todos los catalanes al utilizar cuantiosos recursos de la Generalitat para
propagar en el exterior su proyecto independentista así como sus ofensas al
resto de los españoles. Y es muy generoso dispensar consideración política a un
dirigente que actúa de espaldas a una legalidad que él mismo votó.
Pero
si a muchos nos resulta ya complejo entender la presencia socialista en la
reunión de mañana, lo que resultaría del todo incomprensible sería la
participación socialista en la constitución del Pacte Nacional por el Derecho a
Decidir tal como reclama cierto sector.
¿Cuál
habría de ser el papel de los socialistas catalanes en una reunión que
solamente persigue el proyecto de la ruptura unilateral con España? Los
promotores del encuentro ya han decidido por los catalanes. De hecho, ya han
declarado soberano al Parlamento catalán y han creado el Consejo Asesor para la Transición nacional. Y
no se cansan de repetir que los problemas de Catalunya solo tendrán solución en
el marco de la independencia, fuera del marco de convivencia actual y de
espaldas a lo que establecen las leyes catalanas, españolas y europeas que
ellos mismos votaron.
La
visión de Artur Mas sostiene que los problemas de los desahuciados, de los
dependientes, de los trabajadores, de los enfermos, de los estudiantes
catalanes desaparecerán en cuanto se desentiendan de los estudiantes, de los
enfermos, de los trabajadores, de los dependientes y de los desahuciados del
resto de España. El proyecto de Artur Mas es muy simple: enfrentar a los
parados catalanes con los parados andaluces, gallegos, extremeños. Enfrentar a
los trabajadores y a las clases medias catalanas con los trabajadores y las clases
medias del resto de España.
No
puedo imaginar un proyecto más reaccionario ni más opuesto a los principios y
los valores del socialismo. Si algo llevamos como socialistas en nuestro ADN
son la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad por encima de
nuestro lugar de procedencia. Si algo hemos demostrado como socialistas
catalanes en el último tercio de siglo es que somos capaces de lograr avances
para Catalunya cuando la situamos en sintonía y a la vanguardia del resto de
España.
El
mismo día que Artur Mas convocaba su cumbre para el derecho a decidir hacía
pública la otorgación de la Creu
de Sant Jordi a un gran evasor fiscal, eso sí, catalán. Muchos pensamos que se
trata de algo más que una casualidad. Artur Mas es un dirigente que en poco
tiempo tiempo ha acreditado dos cosas: una acusada incompetencia como gestor y
una enorme indiferencia hacia los catalanes que padecen los estragos de la
crisis; parados, afectados por las preferentes; víctimas de su política
sanitaria y educativa; excluidos sociales….
En
sus tres años de accidentado gobierno solo ha demostrado una cosa: la voluntad
de utilizar el dolor de los catalanes para intentar arrojarlo contra sus
conciudadanos del resto de España. Y lo ha hecho atizando el conflicto;
enfrentando identidades y desgarrando biografías; negando el pluralismo de la
sociedad catalana y fingiendo una unanimidad nacionalista que solo existe en
sus discursos.
Es
cierto que vivimos tiempos agitados y confusos. Precisamente por eso muchos
pensamos que el papel de los socialistas ha de consistir en aportar claridad y
reducir la confusión.
No
podemos estar al lado de Artur Mas. Ni siquiera de lado. Los socialistas hemos
de estar enfrente de Artur Mas y al lado de los trabajadores y las clases medias
catalanas, de todos los catalanes que ansían una convivencia en el pluralismo,
de todos los que padecen los estragos de una crisis que no han provocado. Y al
lado también de los trabajadores y las clases medias de toda España para erigir
una alternativa social e institucional.
Somos
el partido de miles y miles de catalanes de toda procedencia que desean
convivir en una Catalunya diversa dentro de una España plural. Somos el partido
que reclama para Catalunya y su cultura comprensión y respeto por las mismas
razones que reclama para los demás respeto y comprensión. Somos el partido que
propugna una reforma federal de España y no su ruptura.
Por
eso, en nombre de tantos y tantos catalanes que contemplan con preocupación la
deriva de Artur Mas y sus aliados soberanistas te solicito, con el máximo
respeto, que no tengas en cuenta las presiones de quienes, desde dentro o desde
fuera del partido, buscan incorporar al socialismo a una operación totalmente
opuesta a nuestros principios y a nuestra trayectoria. Y te solicito que, en
esa misma línea, el PSC se desvincule abierta y rotundamente de cualquier
iniciativa de ruptura con España y en concreto del llamado “Pacto Nacional para
el derecho a decidir”.
Con
afecto,
Carme
Chacón
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