FACUA Almería ha conseguido que
Editorial Planeta cancele el crédito de la compra de dos relojes de 2.698 euros
que había colado a un socio de 81 años sin que él se diese cuenta haciéndole
creer que eran regalos por ser cliente habitual. Además, la empresa le ha
devuelto los 270 euros que ya había abonado de los pagos fraccionados.
Juan B. B., vecino de
Almería, se percató en julio de 2023 de que Editorial Planeta le estaba
cargando regularmente en su cuenta bancaria unas cuantías de las cuáles
desconocía su origen, pues no tenía constancia de haber comprado nada.
Inmediatamente después, se puso en contacto con la empresa para aclarar el
motivo de esos cargos a razón de 56 euros mensuales.
En
esa llamada telefónica le dijeron que había contratado con ellos la compra
fraccionada de dos relojes valorados en 2.698 euros, y dos almohadas de 99 euros.
Para asombro de Juan, le
aseguraron que dichas compras se habían producido una en enero y otra en
octubre de 2022, y que los contratos los había firmado de manera electrónica a
través de SMS. Lo cierto es que él no recordaba haber comprado nada, mucho menos
de manera telemática, ya que ni siquiera disponía de teléfono smartphone.
Fue
a raíz de ahí cuando el afectado se puso en contacto con FACUA Almería para ver
qué podía hacer y que reclamase en su nombre. El gabinete jurídico de la
asociación tuvo conocimiento de que Juan era
cliente de Editorial Planeta desde hacía más de 30 años, habiendo comprado a
través de ellos varias colecciones de música y libros por cuantías bastante
elevadas.
El
afectado relató que hacía tiempo, un comercial de Editorial Planeta había ido a
su domicilio para ofrecerle algunos productos, aunque declinó comprar nada. Aún
así, le dijeron que le iban a mandar unos regalos a casa por su fidelidad como
cliente, por lo que no le resultó extraño recibir un tiempo después los dos
relojes. Juan, obviamente,
ni sabía del valor de los mismos ni hizo uso de ellos. Los mantenía tal y como
los había recibido: embalados y sin ni siquiera abrir.
FACUA
Almería, consciente del engaño que había sufrido su socio, remitió en
septiembre de 2023 un escrito a Grupo Editorial Planeta en el que le exigía
demostrar que este hombre de 81 años había firmado ambos contratos de forma
telemática. La empresa remitió unos documentos que, supuestamente, habían sido
validados por el cliente. Además, para más inri, exigían a Juan que
abonase los pagos pendientes que tenía tras haber bloqueado en su banco el
cobro de más mensualidades.
La
asociación, como es lógico, iba a luchar por defender los derechos de su socio
ante el abuso que había sufrido por parte de la empresa. En un segundo escrito
pidió a Editorial Planeta que le enviase las grabaciones telefónicas de enero y
octubre de 2022 en las que supuestamente Juan había
autorizado y aceptado las compras tanto de las almohadas como de los relojes.
Es más, les acusaba de haberle inducido a adquirir y financiar los productos
aprovechándose de su avanzada edad y estado de salud, ya que desconocía por
completo las condiciones y el compromiso que ello acarreaba.
A
pesar de todo, FACUA Almería propuso a Editorial Planeta un acuerdo amistoso en
aras de satisfacer a ambas parte, y dar solución al asunto. Juan devolvería
los relojes que se encontraban sin estrenar con su embalaje original a cambio de
la resolución de los contratos y de la devolución al afectado de los 270 euros
que ya había pagado.
La
empresa aceptó la propuesta de la asociación, e instó al afectado a que enviase
los relojes a su dirección de Barcelona para comprobar que se encontraban en
perfecto estado. A principios de septiembre de 2024, tras varios meses sin
respuesta, FACUA Almería volvió a dirigirse a Editorial Planeta para exigirle
la devolución de los 270 euros en un plazo de 10 días, pues hacía ya más de
tres meses que Juan había
devuelto los relojes y todavía no había obtenido el reembolso del dinero.
Ya a finales de septiembre, la mercantil escribió a la asociación informándole de que procedía a devolver los 270 euros pendientes. Tras meses de espera, Juan por fin recuperó su dinero y, lo que es más importante, han dejado de cargarle las cuotas por los relojes de 2.698 euros que le habían colado aprovechándose de su situación de vulnerabilidad.