José Antonio Martínez Soler
Este comentario sobre la retirada de Antonio Cantón (cofundador de Jaztell, Yoigo, etc.) como concejal socialista del Ayuntamiento de Almería y aspirante a candidato a la alcaldía va dedicado, en especial, a mis paisanos almerienses. Quien no tenga interés por las rencillas locales (y cutres) de mi tierra, puede (y debe, se lo recomiendo) dejar de leerlo ahora mismo. En realidad, es un desahogo personal. Si no lo escribo reviento, porque me revientan las injusticias y porque -todo hay que decirlo- Cantón es amigo mío y creo que ha sido maltratado, en su buena fe, por unos y por otros. Concluidas mis vacaciones en Noruega y en Almería, ahí va mi comentario, en caliente:
La mano que mece la cuna
Las presuntas injurias y calumnias que, en el momento político oportuno, han alejado a Antonio Cantón, por dignidad y vergüenza torera, de su aspiración legítima a ser candidato socialista a la alcaldía de Almería –y con muchas posibilidades de gobernar- salieron, en efecto, de la boca del portavoz socialista José Antonio (Nono) Amate pero, en mi opinión, fueron implantadas allí, con fuerza irresistible, por los mismos poderes económicos de siempre: la mano que mece la cuna.
No me sorprende el presunto delito de un político resabiado sino la total impunidad del socialista Nono Amate (64 años) tras acusar públicamente a Cantón 53, sin prueba alguna, de no tener las manos limpias.
La razón me recomienda no publicar lo que voy escribir a continuación. Sin embargo, el corazón –tan traicionero- me impulsa a defender a un amigo y ex compañero en el Consejo de 20 Minutos, a actuar como si fuera libre y a compartir con mis paisanos almerienses la preocupación que me embarga sobre el futuro de la tierra donde nací y donde me gustaría morir.
“Hay circunstancias –escribió Unamuno- en las que callarse es mentir”.
Ésta es, para mí, una de ellas. Vaya por delante que jamás fui militante de ningún partido político y que me gustaría que se produjera regularmente la alternancia en el poder, tan saludable para la democracia. Sin embargo, con más de 15 puntos de ventaja en las encuestas que conozco, los conservadores seguirán gobernando la ciudad de Almería, manteniendo inalterable el “status quo” del poder económico local y llenando de nuevos bichos anaerobios el sobaco derecho del Ayuntamiento.
En esta situación, no me han sorprendido las declaraciones presuntamente injuriosas y/o calumniosas del portavoz socialista municipal, Nono Amate, en su declive político final, contra su compañero de grupo Antonio Cantón ni el momento procesal oportuno. Nono siempre ha vivido de la política y el miedo es libre. Lo que sí me ha sorprendido, y escandalizado, como digo, ha sido la impunidad total de la que goza el presunto delincuente.
Peor aún, me parecen miserables los abrazos y apoyos que algunos líderes socialistas andaluces le dispensan ostensiblemente a Nono Amate en actos públicos. Tras sus durísimas declaraciones en la televisión municipal, acusando al concejal socialista Cantón de no tener sus manos limpias y de ser un aspirante indigno y no respetable a la candidatura para la alcaldía de la capital, el PSOE andaluz dio la callada por respuesta. Nunca activó la comisión de disciplina o de ética (o como se llame) para investigar y, en su caso, castigar, al culpable de tamaño crimen contra la honra y el buen nombre de un concejal socialista; un compañero que Amate incluyó en su lista cuando Cantón ya era rico, copropietario del Hotel Catedral, y ya había creado miles de empleos en Telefónica, Jaztell, Yoigo, etc., y había pagado sus correspondientes impuestos. Y ya sabemos que el ejército que no cuida a sus heridos pierde la guerra.
He oído muchas voces, en privado, contra la impunidad de Nono Amate y la vergonzosa y cobarde actitud de algunos líderes socialistas andaluces y almerienses. Sin embargo, muy pocas críticas en público. Tiran la piedra y esconden la mano. Solamente se alzó la voz valiente de Nerea, la secretaria de organización del PSOE de Almería, a instancias –me consta- de su jefe Diego Asensio, secretario general del PSOE de Almería, quien, por un pésimo cálculo político, y a falta de Cantón, se ha visto obligado a tragar carros y carretas al apoyar a Juan Carlos Usero como candidato de descarte a la alcaldía. Como don Quijote, mi amigo Diego Asensio tendrá duelos y quebrantos.
Y lo entiendo: el miedo es libre, sobre todo para aquellos cegados por la pasión política o que nunca tuvieron otro empleo que el que les proporciona el PSOE, el PP u otro partido. La cobardía en política me produce tristeza, pero la entiendo perfectamente porque también yo he sido, en ocasiones, bastante cobarde. De hecho, salí corriendo cuando, hace mucho tiempo, unos amigos –entre ellos, Diego Asensio- me pidieron que fuera candidato independiente a la alcaldía de Almería en la lista del PSOE.
Pero el mensaje que quiero transmitir aquí no es sólo de tristeza sino, más bien, de rabia y de impotencia contra los poderes económicos locales crónicos que impiden, a cualquier precio, el cambio necesario y urgente que precisa mi tierra y que merecemos todos los almerienses por muy pusilánimes y abandonados que seamos.
Por eso, para mí son más relevantes los abrazos y palmaditas que Nono recibe en secreto de quienes le han utilizado como marioneta útil para alejar a Cantón, con malas artes, del eventual gobierno de la ciudad. Así, han impedido eficazmente el cambio del “status quo” económico y político, tan perjudicial para ellos y tan necesario para el progreso de Almería.
¿Por qué tenía que liquidar la derecha económica almeriense la eventual candidatura ganadora de Cantón a la alcaldía?
Conozco bien a Cantón desde hace años y me constan su integridad ética, independencia económica y eficacia profesional. Ha sido miembro del Consejo de Administración del diario 20 Minutos, del que soy Director General. Por cierto, dimitió como consejero para dedicarse más a su concejalía.
Cantón era digno y respetable y no tuvo problemas con Nono Amate, su jefe en el grupo socialista municipal desde que le puso en su lista hace cuatro años, hasta el mismo día en que dijo públicamente que aspiraba legítimamente a ser candidato socialista a la alcaldía de Almería.
A más de un rico prócer del “status quo” debieron ponérsele entonces los pelos de punta. Y es que Cantón también es rico, aunque no tanto como ellos. En la web del PSOE declaró haber ganado 9 millones de euros en toda su vida antes de entrar en la política local. Lo que quiere decir que, sencillamente, tiene la vida resuelta y puede actuar libre de las presiones y ataduras que impone la supervivencia económica. O sea, que podría tomar decisiones, si quisiera, en beneficio de la ciudad y no necesariamente al servicio tradicional de los que manejan el cotarro y mecen la misma cuna en la que sestean juntos el portavoz socialista Nono Amate y el alcalde del PP Luis Rogelio Rodríguez Comendador.
Visto así, Antonio Cantón era un alto riesgo no controlado para los controladores económicos habituales. En cuanto identificaron el peligro, pusieron en marcha el proceso que liquidó al aspirante previsiblemente díscolo, y dejó las cosas como estaban: un disparo en la televisión del Ayuntamiento y ¡barco al agua! Rodríguez Comendador seguirá de alcalde y Juan Carlos Usero administrará su derrota como portavoz socialista en el Ayuntamiento de Almería.
El PP ya tiene preparada, por si acaso, aunque no le hará falta (“entre bueyes no hay cornás“), la campaña electoral contra Usero: los famosos y vergonzosos videos de sus asesores en la Diputación que, seguramente, desconocía el presidente Griñán cuando le apoyó como candidato.
El imaginario escenario dramático de Griñán enterrando al ingenuo ex consejero rebelde Martín Soler, con las herramientas de Nono Amate como experto sepulturero, ha desviado la atención sobre la madre del cordero. Con toda la guerrilla desplegada por Griñán contra Martín Soler (que no es pariente mío) nada hubiera impedido a Antonio Cantón ser elegido candidato socialista a la alcaldía de Almería (e incluso alcalde)… si hubiera tenido deudas, en lugar de activos, o hubiera tenido que depender de su sueldo de político o de las instrucciones irresistibles de ciertos ricos para vivir.
Pero -¡ay!- un hombre de familia modesta, hecho a sí mismo con becas, con ideales socialistas, un ingeniero creador de empresas y triunfador en las principales plazas económicas del mundo, que ha cortado orejas a muchos miuras, quiere ayudar a su tierra y a sus paisanos y… ¿qué le ocurre en nuestra Almería? Pues que unas vaquillas del ladrillo le dan un revolcón de muerte. Y, entretanto, quienes temen perder el sueldo de la política aplauden con su silencio al ganadero que mece la cuna, mientras corren en auxilio del presunto vencedor, un Nono Amate que tristemente acaba su carrera política (no económica) como marioneta de la derecha.
Desde luego, en mi opinión, Almería merece algo mejor que estas sucias guerras cutres entre políticos hipócritas y caciques locales de horizonte chato. ¡Qué lástima! Otra oportunidad perdida. Otra vez será, porque para los políticos honrados (que los hay a miles) no vale todo. Y la esperanza es lo último que se pierde.
¡Uff! Ya lo he dicho.