Pepe Fernández
Director de Onda Cero regional
El 11 de septiembre de 2009 el Interventor del Ayuntamiento de El Ejido, Pepe Alemán, recibe la llamada de un número telefónico del que la policía no identifica a su autor y en las transcripciones posteriores se referirá a él como el llamante. A esas alturas las diversas conversaciones que mantiene Alemán con variados interlocutores denotan que el Interventor empieza a ser cauto en sus charlas telefónicas. En esta conversación concreta el funcionario municipal solo pronunciará dieciséis palabras, incluidas el “hasta luego” antes de colgar. Alemán Bracho es en esos días previos al 20-O el único de los grandes imputados del Poniente que no se ha confiando al teléfono como solía. Meses antes ya le había avisado Diego Asensio de que le iban a detener. Ni siquiera tras la información confidencial y reservada que el Teniente Fiscal de la Audiencia de Almería, don Fernando Brea, había transmitido a su amigo Juan Enciso. Una confidencia telefónica en el sentido de que sus compañeros fiscales de Almería habían archivado las investigaciones en marcha contra Enciso, socios y amigos. Al desconfiar Alemán parece que hizo lo correcto para sus intereses ya que la información del fiscal Brea – actualmente firme candidato al puesto de jefe de la Fiscalía de Almería por jubilación de su titular- era en realidad una media verdad. En efecto, el archivo se refería a una denuncia presentada meses antes por CCOO sobre los manejos presuntamente existentes en la empresa semi pública Elsur, cuya tramitación había quedado solapada y ampliamente superada por el verdadero sumario de la que se llamaría Operación Poniente.
Corría aquel 11 de septiembre, día del municipio de El Ejido en 2009, sin pitos ni vuvuzelas que incordiasen desde la resistencia civil, que trabajaba aún en las catacumbas del sigilo ayudando a los fiscales Anticorrupción. Ese día Alemán recibe la llamada de alguien que le cuenta que acaba de realizar unas declaraciones a la tele del PAL -EjidoTV- en las que ha repartido caña “a tope” contra el PP y en concreto contra su presidente en Almería, Gabriel Amat, la bestia negra de la alianza política y objetivo de innumerables denuncias que nunca fueron más allá de lo Contencioso. Le cuenta que acaba de hacer las manifestaciones tras poner la primera piedra de una piscina pública que se iba a construir en la localidad de Vícar. (Esto de las piscinas públicas en Almería ha tenido mal fario para los socialistas. Con una en Pulpí comenzó el escándalo de los hermanos del presidente Manuel Chaves -Antonio y Leonardo- con la empresa Climo Cubiertas de por medio).
Un llamante no identificado, colocando una primera piedra oficial, iba a ser un imperdonable lapsus para quienes escudriñamos en marzo las conversaciones liberadas en los diez mil primeros folios del sumario.
Venia a cuento la declaración contra el PP del llamante por la imputación en un procedimiento judicial del portavoz popular en la Diputación y alcalde de Sorbas, José Fernández, por haber concedido licencias para once viviendas en suelo no urbanizable, algo que el edil y portavoz popular había negado. El llamante da la sensación de que quiere mostrarse complaciente y solícito con el Interventor, cuyas respuestas no exceden las tres o cuatro palabras, muchas de ellas repetidas.
-Muy bien, muy bien. -¿Ah sí? -Sí -Si, sí, bueno bueno.- Venga, claro, claro.- Un abrazo.
Ante la economía de vocabulario de Alemán en sus respuestas, al llamante no le queda más remedio que justificarse de porqué le cuenta todo eso.
-Para que tú lo supieras.
Narra entusiasmado que la ha echado un rentoi a Amat, a ver qué hace con el imputado de Sorbas. Y le pide que “pongan bien” sus declaraciones en la televisión que controla el PAL a través de los hermanos Díaz. A lo que Alemán responde que “Sí”.
Pero el llamante va más allá y da la sensación de conocer bien lo que se cuece en la Fiscalía de Almería, anunciando que a final de septiembre va a salir otro asunto contra el PP sometido a “observación” y al que le habrían pillado “cuarenta mil...” no dice qué.
La parquedad de Alemán en sus respuestas invitan a pensar que está incómodo al oír hablar de la fiscalía y de operaciones Anticorrupción, aunque en este caso fuese contra sus antiguos camaradas del PP.
El llamante es cuando opta por trasladarle un mensaje final, quizás podría pensarse que ese era el objetivo verdadero de la llamada, en tanto que Alemán parece que le da igual que le haya atizado “a tope” a Amat y al PP. Y es cuando va y el llamante le dice:
-O sea, que esa es la historia. Bueno el lunes o el martes te llamo y te doy el número de cuenta y una fotocopia.
-Venga, claro, claro...
La descubierta esta semana de la personalidad de el llamante, el diputado socialista Juan Antonio Segura Vizcaíno, a través de un magnifico pisotón informativo de Miguel Cabrera en El Mundo, condujo al propio Segura Vizcaino a justificar lo del número de cuenta argumentando que era para hacerse socio de la caseta El Trinquete, dominada mayoritariamente en su cuerpo social por personajes de la derecha económica y política almeriense. A los lectores de El Mundo no les dejaba de sorprender ayer tanta previsión y la antelación de casi un año de Segura Vizcaíno para abonarse a una de las casetas más “in” de Feria de la Virgen del Mar y que hacía tan solo días que acababa de apagar sus farolillos.
Otra versión posterior circuló por la tarde a través de personas que decían haber llamado al llamante, señalando en este caso que se trataba de facilitar los datos personales de alguien a contratar en un determinado puesto de trabajo.
Juan Antonio Segura Vizcaíno, además de diputado en el Parlamento de Andalucía y por tanto aforado, ha sido junto a Soler y Asensio las tres cabezas que han controlado manu militari las estructuras del partido en la provincia durante más de una década. Como secretario de Política Institucional, Segura Vizcaíno fue el ejecutor a pie de obra en la provincia de los acuerdos y pactos con el clan de El Ejido del PAL. Un hombre con fama de duro, implacable con el adversario, capaz de usar la mentira para defenderse, como cuando anunció escandalosas revelaciones contra Luis Rogelio Rodriguez-Comendador tras el estallido de la OP, algo que nunca cumplió. Por ese perfil de hombre de aparato puro y duro, sorprendía la actitud entregada en la conversación sumarial, queriendo agradar a un Pepe Alemán que parecía oírle por pura cortesía y con distanciamiento.
Tanta duda en el ambiente desde luego invitaba a repasar qué sucedió después de aquella llamada del 11 de septiembre, nada más poner Segura Vizcaíno la primera piedra de la piscina de Vícar y llamar al Interventor.
(Por cierto: Con Pepe Alemán tengo comprometido y pendiente un almuerzo desde el 18 de septiembre, hoy hace un año, compromiso que, por supuesto, por mi parte se mantiene. Entre otras cosas porque a Pepe Alemán no le considero un apestado, como hacen hoy algunos que él tan bien conoce y tanto ayudó, ni creo que su cerebro sea el único que ha trabajado en este gran escenario de corrupción en el que algunos han convertido la provincia de Almería en las dos ultimas dos décadas y pico).
Pasaron diez días hasta que el número del misterioso llamante vuelve a aparecer en el Sumario en contacto con Alemán, esta vez convocándole el funcionario mediante un escueto SMS “a las 2,30 en el Sevilla”.
El 21 de septiembre celebran en uno de los salones del célebre Restaurante Sevilla, posiblemente su último almuerzo juntos por mucho tiempo.
Segura Vizcaíno debió llegar tarde porque hasta casi las tres de la tarde Alemán sigue atendiendo llamadas en su celular. En esos días el Interventor se había convertido en protagonista político en las páginas de La Voz de Almería, merced a una doble carambola que beneficiaba políticamente al PAL y al PSOE, desestabilizando de paso al PP. Fue el entorno de confianza de Martín Soler y Diego Asensio – posiblemente con la intervención de un amigo en común de ambos con Alemán- el que filtró la celebración de un almuerzo en El Ejido con un concejal del PP de Almería, Francisco Amizián, considerado por el PAL como “uno de los nuestros”.
Celebraron el almuerzo, pero hasta unas cuantas páginas y conversaciones después del voluminoso sumario, no nos enteramos de qué hablaron el Interventor del Ayuntamiento de El Ejido y el diputado y Secretario de Política Institucional de la ejecutiva provincial del PSOE de Almería en aquella comida parece que rutinaria por la forma en que fue convocada.
A tenor de la cantidad de dinero que había sobre los pulcros manteles de hilo del Sevilla, dinero simbólico, claro, los manjares tuvieron que ser, además de suculentos, costeados. Un millón de euros, 166 millones de las antiguas pesetas, se “repartieron” en aquel ágape. Pero lo más curioso de todo es que el dinero, el presupuesto manejado por ambos, ni era del ayuntamiento de El Ejido ni de la tesorería de la ejecutiva provincial del PSOE, eran de la Diputación Provincial de Almería. Formaban parte de una partida destinada a publicidad institucional que PSOE y PAL iban a distribuir entre los medios de comunicación propios o alquilados. Seiscientos mil euros para el PSOE, cuatrocientos mil para el PAL. Así de claro y de sencillo.
Estos detalles se desvelan en una conversación posterior, paginas después del tomo XVIII del sumario, que Alemán mantiene con Luis Pérez Montoya, vicepresidente socialista de la Diputación.
Segura Vizcaíno, el hombre que a través de Manolo García Quero y Guadalupe Fernández controlan desde el PSOE parte de los destinos políticos de El Ejido, ayudados por Añéz y lo que le quede del PAL, no aparece en las conversaciones identificado con su nombre y apellido por la policía judicial. Y por lo leído en el sumario, de momento sigue siendo el llamante.
Desconozco si eso será bueno, malo o regular para Segura Vizcaíno, el fontanero mayor del martinismo.
(Publicado en el blog de Pepe Fernández el día 16 de septiembre de 2010).
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