Jose Fernández
Periodista
Es una trampa; no le den más vueltas. La nueva ocurrencia de la Junta de entregar 1.800 euros a señoras que juren haber sido vejadas por los franquistas hace setenta años no tiene más intención que distraer al personal y hacer que los medios de comunicación dediquen tiempo y espacio a este asunto en lugar de hablar, por ejemplo, del millón cien mil parados que, a día de hoy, sufren en Andalucía la vejación de no poder llevar un sueldo a casa todos los meses. Tampoco perderé mucho tiempo en decir que, naturalmente, deploro las vejaciones de los franquistas como también deploro las vejaciones de los milicianos. Las vejaciones son siempre detestables, provengan de donde provengan y las sufra quien las sufra.
Lo más lamentable de todo este asunto es, al menos a mi juicio, la descontrolada y peligrosa espiral en la que entra el PSOE cuando usa tan alegremente el guerracivilismo como recurso emocional para hacer política en la actualidad. La urgencia con la que los dirigentes socialistas han corrido a “exigir” a destacados cargos del PP que “se posicionen” (feísima construcción) al respecto de la medida delata que, más que reparar un daño añejo, lo que quiere esta gente es tener la excusa de volver a coger el poncho, el mechero y la guitarra y ponerse a cantar el “no nos moverán” o cualquier otra tonada de corte perroflautil enfrente de todos los que no compartan con entusiasmo la iniciativa, que naturalmente serán tildados de casposos, fascistas o reaccionarios, cuando no de vejadores, torturadores o asesinos.
Qué profunda pereza produce ver que en septiembre de 2010 todavía haya gente empeñada a volver permanentemente la cabeza a las páginas más negras de un pasado que muchos creíamos superado. Y es que lo malo de estar contínuamente mirando hacia atrás es que, además de la tortícolis intelectual, uno corre el riesgo de pegarse un guarrazo considerable.
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