Alcalde de Gádor y Senador del PP
La decisión que ha tomado el área de Movilidad y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Almería de prohibir a los taxistas del Bajo Andarax la prestación de servicios en el término municipal de Almería ha supuesto todo un ‘golpe’ para los 18 profesionales de Benahadux, Viator, Huércal, Pechina, Gádor, Rioja y Santa Fe. Y es que, por mucho que se empeñen algunos, Almería y el Bajo Andarax estamos condenados a entendernos en el asunto de los taxis –como en tantos otros-, máxime cuando el área metropolitana no sólo no es un lastre, sino una oportunidad que debe ser aprovechada en beneficio de todos.
No se puede culpar a estos 18 taxistas de la grave crisis que acucia al sector, máxime cuando Almería cuenta con un total de 285 licencias. Antes de atacar a estos pequeños empresarios, creo que se deberían de haber tomado otras medidas. Por ejemplo, haber aunado esfuerzos para luchar de forma efectiva contra los taxis-pirata, que aunque no nos lo creamos su proliferación es la gran culpable de la situación que sufren hoy día los taxistas; o haber congelado la concesión de nuevas licencias hasta que el gremio levante cabeza.
Lo que tenemos que hacer ahora es sumar esfuerzos para mejorar la situación del gremio en lugar de restar. Es totalmente ilógico promover enfrentamientos entre los taxistas, porque a partir del 4 de octubre los profesionales de Almería podrán denunciar a los que hasta entonces eran sus compañeros cuando les vean prestando servicios en la capital. ¿No es lamentable entre compañeros y pueblos hermanos?
Es incomprensible e imperdonable que se haya dado este paso atrás en las relaciones que existían entre los taxistas del área metropolitana y los de la capital, y que, encima, se quiera convertir a los 18 profesionales de mi comarca en los paganos de la crisis que vive el sector. No podemos abrir esta brecha, porque todos los vecinos del Bajo Andarax, incluidos los taxistas, tenemos algo en común con los de la capital: nos sentimos orgullosos de ser almerienses.
Lo que realmente necesitan estos pequeños empresarios que, porque negarlo, lo están pasando muy mal; es que se les tienda la mano y no que se les ponga más zancadillas de las que les está poniendo la crisis económica. El acuerdo que se suscribió en 2006 que permitía a los conductores del Bajo Andarax trabajar en la capital y viceversa, era beneficioso tanto para unos como para otros; mientras que la ruptura del mismo sólo perjudica a los taxistas y vecinos de Benahadux, Viator, Huércal, Pechina, Gádor, Rioja y Santa Fe; y quien diga lo contrario miente.
Los acuerdos están para cumplirlos. Los taxistas del Bajo Andarax han cumplido todos y cada uno de los puntos, teniendo que hacer una fuerte inversión para poder prestar los servicios y tarifas en las mimas condiciones que los de la capital. No comprendemos que ha llevado a Almería a romper el acuerdo de forma unilateral. Porque Almería y el Bajo Andarax, somos vecinos y estamos condenados a entendernos en agua, saneamiento, transportes y muchas cosas más. En definitiva, estamos para sumar y no para restar.
No se puede culpar a estos 18 taxistas de la grave crisis que acucia al sector, máxime cuando Almería cuenta con un total de 285 licencias. Antes de atacar a estos pequeños empresarios, creo que se deberían de haber tomado otras medidas. Por ejemplo, haber aunado esfuerzos para luchar de forma efectiva contra los taxis-pirata, que aunque no nos lo creamos su proliferación es la gran culpable de la situación que sufren hoy día los taxistas; o haber congelado la concesión de nuevas licencias hasta que el gremio levante cabeza.
Lo que tenemos que hacer ahora es sumar esfuerzos para mejorar la situación del gremio en lugar de restar. Es totalmente ilógico promover enfrentamientos entre los taxistas, porque a partir del 4 de octubre los profesionales de Almería podrán denunciar a los que hasta entonces eran sus compañeros cuando les vean prestando servicios en la capital. ¿No es lamentable entre compañeros y pueblos hermanos?
Es incomprensible e imperdonable que se haya dado este paso atrás en las relaciones que existían entre los taxistas del área metropolitana y los de la capital, y que, encima, se quiera convertir a los 18 profesionales de mi comarca en los paganos de la crisis que vive el sector. No podemos abrir esta brecha, porque todos los vecinos del Bajo Andarax, incluidos los taxistas, tenemos algo en común con los de la capital: nos sentimos orgullosos de ser almerienses.
Lo que realmente necesitan estos pequeños empresarios que, porque negarlo, lo están pasando muy mal; es que se les tienda la mano y no que se les ponga más zancadillas de las que les está poniendo la crisis económica. El acuerdo que se suscribió en 2006 que permitía a los conductores del Bajo Andarax trabajar en la capital y viceversa, era beneficioso tanto para unos como para otros; mientras que la ruptura del mismo sólo perjudica a los taxistas y vecinos de Benahadux, Viator, Huércal, Pechina, Gádor, Rioja y Santa Fe; y quien diga lo contrario miente.
Los acuerdos están para cumplirlos. Los taxistas del Bajo Andarax han cumplido todos y cada uno de los puntos, teniendo que hacer una fuerte inversión para poder prestar los servicios y tarifas en las mimas condiciones que los de la capital. No comprendemos que ha llevado a Almería a romper el acuerdo de forma unilateral. Porque Almería y el Bajo Andarax, somos vecinos y estamos condenados a entendernos en agua, saneamiento, transportes y muchas cosas más. En definitiva, estamos para sumar y no para restar.
(Publicado en noticiasdealmeria.com)
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