Juan Pallarés
Secretario Provincial de CCOO
Pues sí, mi nombre es Juan Pallarés, médico de profesión, la cual ejercía como mejor podía y sabía, hasta que un día (bueno o malo solo lo dirán quienes me eligieron…) mis compañeros de sindicato me animaron a dedicarme a algo totalmente diferente, a trabajar por defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Bien mirado no es tan distinto a lo que hacía habitualmente, si ejerciendo la medicina intentaba ayudar a mis enfermos poniendo para ello toda mi capacidad y esfuerzo, en esta otra actividad pongo lo mismo para intentar ayudar a los trabajadores. Fui elegido para ello en un proceso democrático en el que participan todos los afiliados a CCOO en la provincia de Almería. Tengo unas funciones definidas, en mi caso es la de representar a mi sindicato (y por lo tanto a todos sus afiliados) y velar por sus intereses al máximo nivel en esta provincia, ejerciendo para ello la dirección del mismo.
Como fácilmente podrán entender, tener esta responsabilidad en un sindicato que cuenta con mas de 13.000 afiliados en Almería y que pagan religiosamente sus cuotas mensuales requiere mi dedicación total y exclusiva, así me lo exigen los que pusieron su confianza en mi y así lo intento (si lo hago bien o mal lo decidirán esos mismos afiliados cuando acabe mi mandato…). Pues bien, como yo, existen otros trabajadores que se dedican a otras funciones dentro del sindicato, que no son ni por asomo menos importantes, todo lo contrario, se dedican a defender a sus compañeros de trabajo en el día a día de la empresa, de la actividad laboral, luchando por sus derechos y por unas condiciones de trabajo dignas, elegidos en procesos democráticos y transparentes por sus compañeros de la empresa, mal mirados por sus patrones, amenazados y en ocasiones perseguidos e incluso despedidos por haberse atrevido a plantar cara al empresario bajo las siglas de CCOO.
Esos son los liberados sindicales, esas son las personas que en plena campaña de acoso y derribo de esa casta de opinadores y tertulianos pagados por quienes nos metieron en la crisis, quieren salir de ella obteniendo además el mejor de los triunfos: acabar con los únicos que pueden plantarles cara, con los que se les enfrentan en los convenios colectivos, con los que les impiden hacer y deshacer a su antojo y decidir que para que ellos ganen mas dinero es necesario hacer que los trabajadores vivan mucho peor, acabar con los que se atreven a decirles que para que su empresa funcione, produzca, compita y gane dinero deben contar con los únicos que hacen eso posible: los trabajadores y que todos tenemos derecho a vivir cada vez mejor, no solo ellos.
Para que los sindicalistas puedan hacer todo esto que no le gusta nada lógicamente a la clase empresarial deben contar con tiempo y dedicación. ¿Alguien piensa de verdad que nuestros políticos se dedican a trabajar en sus profesiones durante 8 horas diarias, para después de acabar su jornada laboral dedicarse a velar por sus conciudadanos, que es para lo que fueron elegidos?
Naturalmente para muchos sería una bendición que esas "moscas cojoneras" que les plantan cara y les arrancan subidas de salarios y mejoras laborales se dedicaran a ello en sus horas libres, cuando acaben sus turnos de trabajo, dejando sus bien ganadas horas de ocio y la atención de sus familias para luego meterse en una mesa de negociación que puede durar toda la noche o muchos días, que mejor manera de afrontar una negociación si una de las partes tiene limitada su capacidad.
Por eso toda esta campaña de linchamiento público a los sindicatos, porque ellos saben que somos la última defensa de los derechos de los trabajadores, porque somos los únicos capaces de organizarlos, porque los sindicatos de este país han contribuido como nadie a luchar por la libertad y la democracia, y hemos conseguido avanzar en derechos y condiciones laborales. Por eso esta campaña descarnada encabezada por la señora Aguirre, que desde mi punto de vista tiene populismo de sobra y escasa cabeza, por eso lanzan precisamente ahora sus ataques envenenados contra los convocantes de la Huelga General del día 29….que si liberados, que si subvenciones, que si hemos convertido la actividad de sindicalista en una profesión… Y ante todo esto uno se pregunta: ¿la clase política de nuestro país es profesional o amateur?
Como fácilmente podrán entender, tener esta responsabilidad en un sindicato que cuenta con mas de 13.000 afiliados en Almería y que pagan religiosamente sus cuotas mensuales requiere mi dedicación total y exclusiva, así me lo exigen los que pusieron su confianza en mi y así lo intento (si lo hago bien o mal lo decidirán esos mismos afiliados cuando acabe mi mandato…). Pues bien, como yo, existen otros trabajadores que se dedican a otras funciones dentro del sindicato, que no son ni por asomo menos importantes, todo lo contrario, se dedican a defender a sus compañeros de trabajo en el día a día de la empresa, de la actividad laboral, luchando por sus derechos y por unas condiciones de trabajo dignas, elegidos en procesos democráticos y transparentes por sus compañeros de la empresa, mal mirados por sus patrones, amenazados y en ocasiones perseguidos e incluso despedidos por haberse atrevido a plantar cara al empresario bajo las siglas de CCOO.
Esos son los liberados sindicales, esas son las personas que en plena campaña de acoso y derribo de esa casta de opinadores y tertulianos pagados por quienes nos metieron en la crisis, quieren salir de ella obteniendo además el mejor de los triunfos: acabar con los únicos que pueden plantarles cara, con los que se les enfrentan en los convenios colectivos, con los que les impiden hacer y deshacer a su antojo y decidir que para que ellos ganen mas dinero es necesario hacer que los trabajadores vivan mucho peor, acabar con los que se atreven a decirles que para que su empresa funcione, produzca, compita y gane dinero deben contar con los únicos que hacen eso posible: los trabajadores y que todos tenemos derecho a vivir cada vez mejor, no solo ellos.
Para que los sindicalistas puedan hacer todo esto que no le gusta nada lógicamente a la clase empresarial deben contar con tiempo y dedicación. ¿Alguien piensa de verdad que nuestros políticos se dedican a trabajar en sus profesiones durante 8 horas diarias, para después de acabar su jornada laboral dedicarse a velar por sus conciudadanos, que es para lo que fueron elegidos?
Naturalmente para muchos sería una bendición que esas "moscas cojoneras" que les plantan cara y les arrancan subidas de salarios y mejoras laborales se dedicaran a ello en sus horas libres, cuando acaben sus turnos de trabajo, dejando sus bien ganadas horas de ocio y la atención de sus familias para luego meterse en una mesa de negociación que puede durar toda la noche o muchos días, que mejor manera de afrontar una negociación si una de las partes tiene limitada su capacidad.
Por eso toda esta campaña de linchamiento público a los sindicatos, porque ellos saben que somos la última defensa de los derechos de los trabajadores, porque somos los únicos capaces de organizarlos, porque los sindicatos de este país han contribuido como nadie a luchar por la libertad y la democracia, y hemos conseguido avanzar en derechos y condiciones laborales. Por eso esta campaña descarnada encabezada por la señora Aguirre, que desde mi punto de vista tiene populismo de sobra y escasa cabeza, por eso lanzan precisamente ahora sus ataques envenenados contra los convocantes de la Huelga General del día 29….que si liberados, que si subvenciones, que si hemos convertido la actividad de sindicalista en una profesión… Y ante todo esto uno se pregunta: ¿la clase política de nuestro país es profesional o amateur?
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