Como siempre

Pedro Asensio
Los lectores agradecen artículos de opinión interesantes, originales y entretenidos, que fomenten el debate y la crítica, que analicen los hechos desde diferentes perspectivas. No resulta fácil, sobre todo cuando el tema que se aborda es recurrente. Estoy convencido de que abordar cada año el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) se convierte en un trago indigerible. He vuelto a releer los artículos publicados sobre este mismo asunto años atrás y por estas fechas. ¡Siempre igual! Confieso mi incapacidad para escribir una columna innovadora, impactante, distinta. Lo siento, pero sólo se me ocurre criticar, y posiblemente utilizando los mismos argumentos, los de toda la vida. Uno se cuestiona si un abuso del tono combativo de mi columna perjudica el poder de atracción que, ojalá, pudiera caracterizar este espacio.

¿Dar caña o buen rollo? No sé… pero la realidad se impone. No vivimos en los mundos de Yupi, lamentablemente. Imagino la cara de aburrimiento de los lectores, bostezando cada vez que se enfrentan al rollo de los PGE. Es difícil entusiasmar con los asuntos gubernamentales, y menos ahora, con esta crisis que atravesamos desde hace ya demasiado tiempo. Que aparezcan los consabidos compromisos para financiar las obras del AVE, a estas alturas, no creo que sorprenda. He perdido la cuenta de las diferentes fases de su ejecución. Sé que no estará terminado en el 2011, y no soy un lince. También aparece algo relacionado con el agua, con los regadíos (???), poco más. La información que nos facilitan relativa a las cuentas públicas debería cambiar. Todo es bastante limitado.
Antes veíamos una furgoneta cargada de tomos de presupuestos. Hoy no. Un propio aparece sonriendo, con un pen drive entre los dedos, como si la innovación tecnológica se limitara a grabar en pdf sobre un soporte digital. Faltan datos, no nos vale con la presupuestación. La gestión contable informatizada permitiría una mayor transparencia. ¿Por qué no podemos consultar en tiempo real cómo se gasta? Quiero ser optimista.

Llegará un día en el que cualquier ciudadano, de forma sencilla y rápida, podrá consultar la situación de un determinado proyecto. Sabemos lo que se quiere, pero no cómo se ejecuta. La voluntad política es voluble. En el camino se quedan muchas ilusiones, muchos retrasos, muchas trampas. Dentro de unos días le tocará el turno a la Junta del PSOE, una administración sobre la que los almerienses esperamos muy poco. ¡Nos trata tan mal! Ya veo los titulares, las clásicas defensas, los consabidos ataques. Pero de ese tema no escribiré. No quiero repetirme. Con lo de hoy es suficiente.
(elalmeria.es)

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