Con los pies en el suelo

Diego Asensio
Secretario General del PSOE de Almería y Senador

Es curioso ver cómo desde la oposición se culpa constantemente al Gobierno de España de no ser realista cuando elabora sus planteamientos económicos y de no conocer el día a día de los ciudadanos y ciudadanas españoles.

Para cualquier Gobierno es más fácil tomar decisiones populistas como bajar los impuestos y no tocar cuestiones complicadas como la necesaria reforma del mercado laboral o del sistema de pensiones. Pero, precisamente, tener los pies en el suelo y pensar en el futuro y no en el resultado electoral es lo que ha guiado en todo el momento el trabajo que realiza el Gobierno de España para atajar la crisis económica y sus graves consecuencias en el empleo.

Así, la apuesta del Gobierno central al plantear los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo año es la de mantener la cohesión social a la vez que afrontar las reformas que España necesita.

Para consolidar y continuar la senda de la cohesión social el Gobierno ha ampliado la cuantía que dedicaba al desempleo en los PGE. Para 2011 el Ejecutivo ha propuesto una inversión de más de 20.000 millones de euros. Es realista con esta partida porque, lamentablemente, el crecimiento del paro aunque se ha ralentizado continúa.

Y en cuanto al planteamiento de reformas como la laboral, o la del sistema de pensiones, no se puede ser más próximo a lo que afecta a la vida cotidiana de muchos ciudadanos: unas condiciones laborales que no satisfacen las demandas de quienes crean empleo, ni de quienes están en paro.

El PP y el resto de grupos políticos en la oposición del arco parlamentario pueden seguir buscando el aplauso fácil con sus constantes críticas al Gobierno de España y de Andalucía y con sus escasas propuestas. Ellos no sienten la enorme responsabilidad de lograr que el país salga reforzado y cuanto antes de la grave crisis económica que atravesamos.

Cuando el Gobierno de España toma una decisión dura y difícil es porque entiende que la tiene que tomar, y asume que puede despertar críticas ya no sólo de sus adversarios políticos, sino también entre los ciudadanos, ya que viven una situación difícil económicamente, especialmente los que sufren de cerca el desempleo.

Es una incoherencia pedir más inversión en créditos ICO del Estado para financiar las deudas de los Ayuntamientos cuando por otro lado se le está pidiendo al Gobierno de España que reduzca el déficit público. Esa es la propuesta del PP.

Cuando la economía de un hogar se ve resentida por cualquier contratiempo, como que alguno de los miembros de la familia pierde su empleo, porque surge algún contratiempo que obliga a hacer una inversión extraordinaria, u otros, lo lógico es reducir los gastos habituales de ese hogar, viendo lo que es prioritario y urgente y lo que puede esperar. Esta lógica aplastante es la que el Gobierno socialista está aplicando en España, una política económica y de reformas que es imprescindible para el país, con el fin de retomar la senda de la estabilidad de nuestras cuentas públicas.

Para hacer reformas y ponerlas encima de la mesa hay que ser responsables y hay mojarse. Los diferentes partidos políticos en la oposición en España hablan de la necesidad de hacer reformas económicas pero, cuando el Gobierno se moja y las hace, todos las critican. Nadie desde la oposición plantea una reforma que aglutine el apoyo de la mayoría de las fuerzas políticas en España, ni siquiera que cuente con el apoyo de los sindicatos y empresarios, que son los agentes sociales del país.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no piensa en la encuesta de mañana, piensa en asumir su responsabilidad, algo para lo que le han votado los ciudadanos y ciudadanas en la actual  Legislatura.

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