Costumbres políticas

José Luis Sánchez Teruel
Director Gerente de Andalucía Emprende
 
En la agenda política, como en la personal de cada uno, existen tradiciones que repetimos anualmente, que vienen marcadas por las fechas del calendario y por los acontecimientos que en ellas ocurren. Éste es el caso del debate sobre los presupuestos públicos que el Estado, las Comunidades Autónoma y los Ayuntamientos elaboran en estos días según establece la ley. Al igual que cada 12 de octubre es tradicional el desfile de las fuerzas armadas, el mes de octubre de cada año nos trae los presupuestos del Estado, las cifras de los de Andalucía y algún apunte sobre las de los Ayuntamientos; y es costumbre mantener un debate político sobre los mismos, más allá de las puertas de las Cortes Generales, de los Parlamentos autonómicos o de los Plenos municipales.

Año tras año, repetimos las formas de comportarnos ante las tradiciones: cotillón, champán y turrón en Navidad o el enfoque exclusivamente provincial en el análisis de los presupuestos del Estado o de Andalucía: ¿Cuánto recibe Almería?; ¿Y Granada?; ¿Málaga?... y así hasta completar las ocho provincias andaluzas.

Si en las tradiciones sociales cuesta mucho cambiar cosas, en las políticas también. Me explico: en el análisis provincial de los presupuestos pocas veces hablamos de las repercusiones que tiene en una provincia lo que se hace en otras, ya que existen inversiones positivas para Almería aunque se ejecuten fuera de la misma: la autovía a Madrid por Darro, la del Almanzora o la A-7, en los tramos que transcurren por Granada son algunos ejemplos. Imaginen que el AVE termina en Pulpí; eso no sería positivo para Almería. Lógicamente lo que se haga en Murcia, Albacete, Cuenca, Madrid, Alicante, Valencia, Barcelona, etc. sí tiene gran repercusión económica y social para Almería ya que la línea de AVE nos va a conectar con el resto del país y con Europa.

Pocas reflexiones explican que las actuaciones se empiezan con la intención de ponerlas en servicio cuanto antes, es decir, de ser "productivas"; y que una actuación hay que comenzarla por la parte que tarda más tiempo en materializarse o con todos los elementos necesarios para ser utilizada, para que no suceda lo ocurrido con la desaladora que proyectó el PP en Carboneras, sin ejecutar la red para distribuir el agua.

Algo tan básico como que la casa se no se comienza nunca por el tejado, se olvida fácilmente al hablar de los presupuestos ¿Se imaginan la estación terminada antes que las vías o los túneles de Sorbas? Pues eso, vamos a innovar también en el debate político y, sin renunciar a la valoración provincial de las cuentas públicas, tratemos de mirar más allá de nuestras fronteras porque, también allí, hay actuaciones que nos benefician.

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