Javier Aureliano García
Secretario Provincial del PP
Somos muchos los que estamos convencidos de que cada vez queda menos para que los andaluces lleven al Partido Popular al gobierno de la Junta de Andalucía. No se trata de la expresión de un deseo más o menos aventurado, sino de una reflexión serena y argumentada, fruto de kilómetros y kilómetros de viajes y encuentros con andaluces de dentro y fuera de la provincia de Almería. Los andaluces están cansados del PSOE y todo lo que supone el socialismo para Andalucía. Los andaluces ven en las colas del paro y en los carteles de “se vende” o “cerrado” que la realidad del día a día está muy alejada de la edulcorada realidad oficial con la que les bombardea la propaganda de la Junta. Un millón cien mil parados andaluces saben perfectamente de lo que estoy hablando.
Pero lo que en el Partido Popular llamamos la “marea del cambio” no es un simple eslogan o una acuñación publicitaria. Es el reflejo del sentir de miles de andaluces que sienten la necesidad de un cambio político en la comunidad más grande de España. La de mayor tamaño y la de mayores potencialidades cautivas por la política empobrecedora de clientelismo y subvención que viene practicando el PSOE con los andaluces durante décadas. En mis encuentros y reuniones en las diferentes localidades de la provincia de Almería, la ilusión y las ganas de abrir horizontes nuevos salta a la vista. Los ojos de muchos almerienses con los que hablo reflejan la determinación y la voluntad de hacer todo lo posible por difundir allá donde se pueda el mensaje del necesario cambio que necesitamos en Andalucía.
La gente quiere el cambio porque sabe que hay otra forma de gobernar y no se resigna a tener que aguantar que el paro siga subiendo, que le suban los impuestos o que le recorten los derechos sociales.
Pero lo que en el Partido Popular llamamos la “marea del cambio” no es un simple eslogan o una acuñación publicitaria. Es el reflejo del sentir de miles de andaluces que sienten la necesidad de un cambio político en la comunidad más grande de España. La de mayor tamaño y la de mayores potencialidades cautivas por la política empobrecedora de clientelismo y subvención que viene practicando el PSOE con los andaluces durante décadas. En mis encuentros y reuniones en las diferentes localidades de la provincia de Almería, la ilusión y las ganas de abrir horizontes nuevos salta a la vista. Los ojos de muchos almerienses con los que hablo reflejan la determinación y la voluntad de hacer todo lo posible por difundir allá donde se pueda el mensaje del necesario cambio que necesitamos en Andalucía.
La gente quiere el cambio porque sabe que hay otra forma de gobernar y no se resigna a tener que aguantar que el paro siga subiendo, que le suban los impuestos o que le recorten los derechos sociales.
En ese contexto de fracaso pleno de las políticas socialistas al frente del Gobierno central y la Junta, la alternativa que supone el Partido Popular y Javier Arenas se consolida, día a día, como la única opción real para que Andalucía marque el camino del cambio a toda España.
Zapatero y Griñán ya nos han defraudado a todos demasiadas veces. Y ellos saben que el crédito se les ha acabado. Por eso insisten en decir que no representamos el futuro y nos achacan todo tipo de insidias y falsedades. Ellos saben que nosotros vamos de subida y ellos de bajada. De ahí sus nervios.
Mientras en el Partido Socialista andan todo el día con líos, maniobras, ninguneos y pactos encubiertos, los populares estamos trabajando para ofrecer a los almerienses el compromiso del esfuerzo por mejorar las cosas sin anteponer los intereses personales del partido al interés colectivo de los almerienses.
La única esperanza que nos queda es que haya una alternancia política, que tiene que llegar de la mano de Javier Arenas y Mariano Rajoy. Ambos representan la seriedad y el trabajo y con ellos conseguiremos el respeto y la confianza que Almería, Andalucía y España necesitan para que el llamado “milagro español” vuelva a resonar en Europa y en el mundo.
Ya sé que a los socialistas les preocupa y les incomoda que el Partido Popular sea capaz de trasladar su mensaje a lugares considerados tradicionalmente como feudos del PSOE. En Dos Hermanas y Antequera demostramos, como volveremos a demostrar en breve en otros lugares, que Andalucía es sólo de los andaluces, y no de los socialistas andaluces. No hay pueblos del PSOE, como no hay pueblos del PP; hay ciudades y pueblos bien gestionados y bien cuidados y ciudades y pueblos con los ayuntamientos en bancarrota y sin prestación de servicios. Los andaluces que votan mayoritariamente al PP saben que allí donde gobernamos los populares las cosas van bien. Y así, mientras Arenas y Rajoy están en la calle, con la gente, el PSOE se encuentra desbordado ante la crisis económica y laboral en la que nos ha metido y que ha causado ya un millón de parados en Andalucía y más de 100.000 en Almería. Frente a la política que recorta las ayudas sociales y las pensiones, que genera paro y que sólo ofrece resignación, hay un partido preparado para gobernar, como hemos demostrado presentando innumerables propuestas sobre empleo, educación, medidas de austeridad o rebaja de impuestos. El PP es la única opción para sacar de la crisis cuanto antes a España y Andalucía.
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