El viento de Almería

Pedro Asensio
Economista
 
Si hay algo que no le falta a la ciudad de Almería es viento. Por eso, quizá, las autoridades de la Junta de Andalucía han decidido promocionar en nuestro puerto una regata de catamaranes, dicen que la Fórmula 1 del mar. No entiendo de barcos, ni tampoco de coches, pero los que saben aseguran que esto constituye un gran espaldarazo al turismo almeriense. Tengo mis dudas. El año pasado también se celebró este evento y aún recuerdo la nota de prensa de ASHAL, los hosteleros almerienses, lamentando la poca repercusión que la competición había tenido en sus negocios. A rebufo de la festividad del Pilar y su puente, es posible que se hable de miles de turistas, que conocieran o no de qué iba esto del Extreme Sailing es otro cantar. En cualquier caso, no crean que los de la Junta de Sevilla son muy generosos con Almería; ellos, fieles a su estilo. En este tipo de iniciativas vinculadas a "competiciones de alto standing" nos mantenemos a la cola, detrás del golf de San Roque (3 millones) y el tenis de Marbella (1,8 millones). Almería, si no me equivoco, recibe 0,8 millones, no sé qué parte va para los organizadores y qué proporción se destina a actividades complementarias. Por cierto, ¿se sabe algo de esa maravillosa Escuela de golf que iban a construir en el Toyo? Más "historias de amor". Hace ya unos años, el que ahora es consejero de Trabajo recriminaba en público al Ayuntamiento porque no había presentado ninguna solicitud para acogerse al Plan de Turismo Sostenible. La administración municipal respondió de la forma más elegante y resolutiva posible: elabora un plan, perfectamente encuadernado, y lo deja en una oficina de registro de la JA, como bien señala la Ley de Procedimiento Administrativo. De eso hace ya más de un año. Aún no han contestado. Cuando preguntas, te dicen que el expediente se encuentra en una oficina de Sevilla, cómo no. A ver si el consejero, que por allí andará, le da un empujoncito, el hombre. Y ya de paso, que explique cómo es posible que a Almería no le haya correspondido ninguna de las otras seis subvenciones solicitadas a Turismo, tras la oportuna convocatoria pública.

Pero lo más esperpéntico, lo del Torreón de Cabo de Gata. El Ayuntamiento tiene una propuesta de rehabilitación en la que se instalaría un centro de interpretación de la pesca y una oficina de turismo. Sabedores de cómo se las gastan, el Ayuntamiento paga todo. Sólo precisa la cesión del inmueble, cuya titularidad se desconce. Y empieza el ping pog. Guardia Civil, Fomento, Patrimonio, hasta llegar a la JA. Cinco años dando vueltas, mareando al personal. Ahora salen con un tema de protección. A ver si el expediente se lo ha llevado el viento…

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