José Añez Sánchez
Concejal de El Ejido por el PAL
Cada vez suena más fuerte el rumor de un inminente levantamiento del secreto del sumario de la mal llamada Operación Poniente. Antes de que se levante y queden desvelados los entresijos que desconocemos (en teoría) quiero dar a conocer a todos los ejidenses, y a la ciudadanía almeriense en general, algunos hechos, detalles e informaciones que han sido ocultados intencionadamente por intereses partidistas. Otros contenidos han sido distorsionados hasta límites aberrantes. Y todo esto ¿para qué? Al igual que me ocurre a mí, miles de personas coinciden en pensar que, aparte de que presuntamente se haya hecho una gestión empresarial anómala (y que debe ser depurada y sancionada), el único propósito de los conjurados ha sido hacerse con la alcaldía de El Ejido sin esperar a que sean sus vecinos los que democráticamente decidan su gobierno. La conjura fue tramada por miembros relevantes del PP de Almería, que han maquinado una verdadera operación de acoso y derribo contra el alcalde de El Ejido, Juan Enciso. Y todo por la frustración que les produce el hecho de sentirse incapaces de ganar en las urnas a través del voto inteligente y soberano de los ciudadanos.Para alejar la atención, los populares y sus voceros nos han contado a lo largo de los últimos doce meses que la Operación Poniente nació en abril de 2009 con la intervención de los teléfonos de algunos de los ahora imputados. Nada más lejos de la realidad.
Primera embestida. El verdadero inicio de la Operación Poniente se produce antes de las elecciones municipales de 2007. Ya en ese momento un grupo de miembros del PP diseñaron una estrategia para derribar a Juan Enciso. Esta campaña fue orquestada y dirigida por conocidos miembros del PP provincial y nacional, quienes desde un periódico dictaban los artículos contra la imagen de Enciso que posteriormente salían a la luz pública. Se trataba de difamar y vilipendiar su honorabilidad, con el único objetivo de ganar las elecciones a toda costa. Para ello crearon una verdadera trama en la que se hacía necesaria la utilización de algún medio de comunicación y de sus representantes. Previo pago del importe estipulado por las partes, dicho periódico debía lanzar a la opinión pública el mensaje de que la gestión del alcalde de El Ejido estaba rodeada de sospechas por actuaciones irregulares. Para situarnos en este punto sólo hay que recordar los artículos que ese periódico dedicó en aquel entonces a determinadas personas y sobre todo a la sociedad Gestora Ejidense, la que según ellos era el instrumento empresarial utilizado por Juan Enciso y otras personas para obtener un beneficio ilícito. Sobre este particular ya les informaré de la realidad, y se encontrarán con la misma sorpresa que yo.
Segunda embestida. La estrategia mafiosa no funcionó y a pesar de esa campaña difamatoria el pueblo de El Ejido volvió a depositar en 2007 su confianza en Juan Enciso. No viendo cumplidas sus vergonzantes intenciones, los mismos actores no dudan en orquestar una nueva operación para conseguir sus objetivos, ya con la vista puesta en las elecciones municipales de 2011. Los populares deciden entonces utilizar a algunos de sus representantes locales para que interpongan denuncias en la Fiscalía por presuntas ilegalidades cometidas presuntamente por nuestro alcalde. Esta denuncia judicial se basó en el famoso informe Pícaro (pagado y orquestado para su difusión en prensa pero que no tuvo ninguna influencia). Al corral político se unieron los desmanes verbales y escritos de personajes despechados. Su participación hace que la fiscalía impulse la mal llamada Operación Poniente. La forma en la que se dio a conocer públicamente la mal llamada Operación Poniente evidencia claramente que el propósito era el de convertir las detenciones en una herramienta mediática para deslegitimar políticamente a Juan Enciso. ¿Por qué era necesaria la exhibición de fuerza demostrada el 20 de octubre de 2009 con la toma de la Casa Consistorial de El Ejido, con un operativo de 200 policías aproximadamente, vehículos, helicópteros, hoteles, funcionarios judiciales y de hacienda… para detener en su interior sólo a dos personas: al alcalde y al interventor? Porque estoy convencido de que Juan Enciso hubiese ido al juzgado tranquilamente, de ser citado. Estamos hablando en todos los casos de personas con mucho arraigo familiar, social y empresarial, que nunca hubieran dado la espalda a la acción de la justicia. Créanme, lo que buscaban era el impacto mediático y conseguir como trofeo la fotografía de un alcalde de El Ejido vencido y esposado.
¿Por qué mientras Juan Enciso estuvo en prisión incondicional toda la presión política estuvo dirigida a derrocar al Gobierno de El Ejido? El PP pedía en El Ejido la dimisión del alcalde, la disolución de la Corporación (varias veces lo pidió en sede parlamentaria, al igual que IU) y la implantación de una gestora. ¿Por qué el PP pedía en El Ejido lo que ni se planteó en comunidades y poblaciones en las que gobierna como Valencia, Alicante, Madrid, Majadahonda, Gádor, Sorbas...?
¿Por qué el PP no ha defendido ni una sola vez en el caso de El Ejido la presunción de inocencia como derecho constitucional? La fijación con Enciso es tal que les ha llevado a situaciones tan contradictorias como no reconocer aquí la presunción de inocencia y exigirla a gritos para otros casos, como ocurre en la trama Gürtel o Palma Arena.
Estoy convencido de que tras el levantamiento del secreto del sumario van a continuar con esa línea de difamación. Día tras día aparecerán, a través de los voceros del PP, artículos y noticias intoxicadas para mantener la falsa imagen de Juan Enciso que se ha trasladado en estos doce últimos meses a la sociedad aplicando la estrategia nazi de comunicación: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Cuando se abra el sumario la situación será como he descrito más arriba. Verán cómo se alzarán las voces de los salvapueblos y verán también el mezquino juego de la distorsión informativa al que nos someterán. El interés de unos es satisfacer sus ansias de poder y su frustración por no haber conseguido derrotar en las urnas, de forma legítima, a Juan Enciso. Para ello se valdrán de los otros, los voceros que han utilizado en estos doce meses, que de nuevo nos darán un ejemplo de práctica ignominiosa de la libertad de información. A pesar de ello, créanme, sólo la justicia será quien en su momento determine la culpabilidad o no de las personas imputadas. Pero eso a ellos no les importa. Sólo quieren llegar a las próximas elecciones municipales con el enemigo político batido por una intervención judicial. De otra forma saben que no tienen ninguna posibilidad. El tiempo y espero que la buena labor tanto de la fiscalía como de la jueza encargada del caso pondrán a cada cual donde le corresponde. Para eso está la justicia. Pero mientras tanto no olvidemos que Juan Enciso, como todos los ciudadanos españoles, tiene el derecho a la presunción de inocencia. Yo seguiré contándoles aquello que han ocultado de forma interesada de la mal llamada Operación Poniente, que arrojará luz en toda la trama popular.
Primera embestida. El verdadero inicio de la Operación Poniente se produce antes de las elecciones municipales de 2007. Ya en ese momento un grupo de miembros del PP diseñaron una estrategia para derribar a Juan Enciso. Esta campaña fue orquestada y dirigida por conocidos miembros del PP provincial y nacional, quienes desde un periódico dictaban los artículos contra la imagen de Enciso que posteriormente salían a la luz pública. Se trataba de difamar y vilipendiar su honorabilidad, con el único objetivo de ganar las elecciones a toda costa. Para ello crearon una verdadera trama en la que se hacía necesaria la utilización de algún medio de comunicación y de sus representantes. Previo pago del importe estipulado por las partes, dicho periódico debía lanzar a la opinión pública el mensaje de que la gestión del alcalde de El Ejido estaba rodeada de sospechas por actuaciones irregulares. Para situarnos en este punto sólo hay que recordar los artículos que ese periódico dedicó en aquel entonces a determinadas personas y sobre todo a la sociedad Gestora Ejidense, la que según ellos era el instrumento empresarial utilizado por Juan Enciso y otras personas para obtener un beneficio ilícito. Sobre este particular ya les informaré de la realidad, y se encontrarán con la misma sorpresa que yo.
Segunda embestida. La estrategia mafiosa no funcionó y a pesar de esa campaña difamatoria el pueblo de El Ejido volvió a depositar en 2007 su confianza en Juan Enciso. No viendo cumplidas sus vergonzantes intenciones, los mismos actores no dudan en orquestar una nueva operación para conseguir sus objetivos, ya con la vista puesta en las elecciones municipales de 2011. Los populares deciden entonces utilizar a algunos de sus representantes locales para que interpongan denuncias en la Fiscalía por presuntas ilegalidades cometidas presuntamente por nuestro alcalde. Esta denuncia judicial se basó en el famoso informe Pícaro (pagado y orquestado para su difusión en prensa pero que no tuvo ninguna influencia). Al corral político se unieron los desmanes verbales y escritos de personajes despechados. Su participación hace que la fiscalía impulse la mal llamada Operación Poniente. La forma en la que se dio a conocer públicamente la mal llamada Operación Poniente evidencia claramente que el propósito era el de convertir las detenciones en una herramienta mediática para deslegitimar políticamente a Juan Enciso. ¿Por qué era necesaria la exhibición de fuerza demostrada el 20 de octubre de 2009 con la toma de la Casa Consistorial de El Ejido, con un operativo de 200 policías aproximadamente, vehículos, helicópteros, hoteles, funcionarios judiciales y de hacienda… para detener en su interior sólo a dos personas: al alcalde y al interventor? Porque estoy convencido de que Juan Enciso hubiese ido al juzgado tranquilamente, de ser citado. Estamos hablando en todos los casos de personas con mucho arraigo familiar, social y empresarial, que nunca hubieran dado la espalda a la acción de la justicia. Créanme, lo que buscaban era el impacto mediático y conseguir como trofeo la fotografía de un alcalde de El Ejido vencido y esposado.
¿Por qué mientras Juan Enciso estuvo en prisión incondicional toda la presión política estuvo dirigida a derrocar al Gobierno de El Ejido? El PP pedía en El Ejido la dimisión del alcalde, la disolución de la Corporación (varias veces lo pidió en sede parlamentaria, al igual que IU) y la implantación de una gestora. ¿Por qué el PP pedía en El Ejido lo que ni se planteó en comunidades y poblaciones en las que gobierna como Valencia, Alicante, Madrid, Majadahonda, Gádor, Sorbas...?
¿Por qué el PP no ha defendido ni una sola vez en el caso de El Ejido la presunción de inocencia como derecho constitucional? La fijación con Enciso es tal que les ha llevado a situaciones tan contradictorias como no reconocer aquí la presunción de inocencia y exigirla a gritos para otros casos, como ocurre en la trama Gürtel o Palma Arena.
Estoy convencido de que tras el levantamiento del secreto del sumario van a continuar con esa línea de difamación. Día tras día aparecerán, a través de los voceros del PP, artículos y noticias intoxicadas para mantener la falsa imagen de Juan Enciso que se ha trasladado en estos doce últimos meses a la sociedad aplicando la estrategia nazi de comunicación: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Cuando se abra el sumario la situación será como he descrito más arriba. Verán cómo se alzarán las voces de los salvapueblos y verán también el mezquino juego de la distorsión informativa al que nos someterán. El interés de unos es satisfacer sus ansias de poder y su frustración por no haber conseguido derrotar en las urnas, de forma legítima, a Juan Enciso. Para ello se valdrán de los otros, los voceros que han utilizado en estos doce meses, que de nuevo nos darán un ejemplo de práctica ignominiosa de la libertad de información. A pesar de ello, créanme, sólo la justicia será quien en su momento determine la culpabilidad o no de las personas imputadas. Pero eso a ellos no les importa. Sólo quieren llegar a las próximas elecciones municipales con el enemigo político batido por una intervención judicial. De otra forma saben que no tienen ninguna posibilidad. El tiempo y espero que la buena labor tanto de la fiscalía como de la jueza encargada del caso pondrán a cada cual donde le corresponde. Para eso está la justicia. Pero mientras tanto no olvidemos que Juan Enciso, como todos los ciudadanos españoles, tiene el derecho a la presunción de inocencia. Yo seguiré contándoles aquello que han ocultado de forma interesada de la mal llamada Operación Poniente, que arrojará luz en toda la trama popular.
(elalmeria.es)
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