Francisco Amizian
Concejal Delegado de Obras Públicas del Ayuntamiento de Almería
Que la capital se ha transformado y ha mejorado notablemente en los últimos siete años es algo que reconocen hasta los propios militantes socialistas. Que los barrios han recibido un tratamiento ecuánime es algo que nadie discute, salvo aquellos que utilizan permanentemente el manido recurso de la discriminación cuando la mayoría de ellos ni siquiera ha visitado los barrios de los que hablan o, al menos, no lo han hecho con la asiduidad que debieran como concejales de la oposición.
Desde la confianza mayoritaria que en el año 2003 recibimos de los almerienses para gobernar la ciudad hemos puesto todo nuestro empeño, con el alcalde, Luis Rogelio, a la cabeza para que los vecinos de Almería tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades, independientemente de donde residan, igual que tienen las mismas obligaciones.
Ello nos llevó a iniciar un ambicioso programa de mejoras en todos los ámbitos, desde la creación o reforma de las infraestructuras deportivas hasta la renovación de los parques y jardines, pasando por la creación de centros sociales y vecinales, colocación de nuevas luminarias, acerado y pavimentación o por la construcción de nuevos accesos, de carriles bici o la puesta en marcha de nuevas líneas de transporte público. A ello hay que añadir toda la inversión que no se ve porque está bajo tierra, como la progresiva renovación de las redes de abastecimiento, saneamiento, pluviales, etc…
Nuestro objetivo es hacer una ciudad cada vez más habitable, más cómoda y con más calidad de vida. Y en ello estamos porque todavía queda mucho por hacer. Frente a la política de las promesas está la realidad de los hechos y éstos son incuestionables, como lo es la transformación de la ciudad.
Desde la confianza mayoritaria que en el año 2003 recibimos de los almerienses para gobernar la ciudad hemos puesto todo nuestro empeño, con el alcalde, Luis Rogelio, a la cabeza para que los vecinos de Almería tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades, independientemente de donde residan, igual que tienen las mismas obligaciones.
Ello nos llevó a iniciar un ambicioso programa de mejoras en todos los ámbitos, desde la creación o reforma de las infraestructuras deportivas hasta la renovación de los parques y jardines, pasando por la creación de centros sociales y vecinales, colocación de nuevas luminarias, acerado y pavimentación o por la construcción de nuevos accesos, de carriles bici o la puesta en marcha de nuevas líneas de transporte público. A ello hay que añadir toda la inversión que no se ve porque está bajo tierra, como la progresiva renovación de las redes de abastecimiento, saneamiento, pluviales, etc…
Nuestro objetivo es hacer una ciudad cada vez más habitable, más cómoda y con más calidad de vida. Y en ello estamos porque todavía queda mucho por hacer. Frente a la política de las promesas está la realidad de los hechos y éstos son incuestionables, como lo es la transformación de la ciudad.
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