Agustín de J. Muñoz Soler
Articulista
Vengo a llamar "Partidos de los Cabreaos" a todas aquellas organizaciones políticas que han nacido como consecuencia de las discrepancias internas en los partidos políticos tradicionales, una circunstancia muy de actualidad en la provincia de Almería en estos momentos pero a la que no escapan las 51 provincias del Estado Español.
Durante la transición política fue tal la efervescencia de siglas que llamábamos con cierta sorna a las personalidades políticas españolas por la formación política que habían creado. Y esto sucedió a ambos lados de la línea imaginaria que dividía el mapa ideológico de la derecha e izquierda e incluso recuérdese con mayor sorna aún aquello del puntito como centro político que representó la UCD. Ni siquiera las dos fuerzas políticas mayoritarias actuales fueron ajenas a esta fragmentación política. La derecha, nucleada por Alianza Popular, apareció desde su fundación como una coalición de siete partidos políticos, en tanto que la venida en llamar Derecha Oportunista de UCD se constituyó igualmente por la confluencia de varias siglas siendo la más llamativa que se agregó al Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, la de José María de Araílza y Pío Cabañillas.
Y en el campo de la izquierda puede decirse en síntesis que la proliferación de grupúsculos políticos fueron absorbidos por la naturaleza electoral en el PSOE e IU. Y en mi opinión esa atomización de grupúsculos políticos se debió a motivos personales y en absoluto a motivos ideológicos.
Desde entonces la fundación de partidos políticos se ha venido produciendo con suma frecuencia y muy singularmente en la práctica totalidad de las circunscripciones electorales del país, porque no en vano la razón que ha inducido a sus inspiradores ha sido de índole personal y motivada por su posición en la lista electoral. Salvo honrosa excepción como PIAP, el resto de las formaciones políticas de nuevo cuño en la provincia de Almería han sido escisiones, bien en el área de la derecha o en el de la izquierda, pero todas, y sin excepción alguna, han tenido en común su suerte, que como en la referencia de la transición política han sido devoradas por el Señor D'Hont, que hay que recordar su implantación en España se debió justamente a eso, a que devora a las pequeñas fuerzas políticas o agrupaciones electorales.
La experiencia en la provincia de Almería nos dice que los partidos políticos que han venido surgiendo durante la etapa democrática han sido pequeñas escisiones de los mayoritarios, dándose la circunstancia de que se han desgajado más en el ala derecha que en la izquierda, aunque, repito, ninguna de las dos está exenta de escisiones. Los últimos han sido GIAL y PAL, que no han sido capaces de sobrevivir a la efervescencia de sus relaciones personales con el PP, si bien no hay que pasar desapercibida a los independientes de Aguadulce-El Parador en Roquetas de Mar que afloraron con motivo del cabreo generalizado existente en la Urbanización de Aguadulce por su absorción por el Ayuntamiento.
Estos días se está despejando el mapa político en la provincia de Almería, con la absorción de GIAL por el PP y la descomposición del PAL por la acción del PP, con lo cual todo vuelve a la situación anterior tras esta aventura política que por el momento político que está viviendo España han sido perdonados quienes la iniciaron y provocaron la ruptura de la unidad, que siempre ha sido, por otro lado, ficticia, como lo es tras la supuesta desaparición del partido político de Juan Megino y la descomposición del PAL.
El agotamiento de estados aventuras políticas era evidente desde 2007 y desde entonces lo que se ha pretendido, a mi juicio, desde GIAL, es 'salvar los muebles', como se suele decir en términos castizos. Sin embargo, ha sido imposible la salvación de Juan Megino, que fue el personaje político que coprotagonizó la crisis política en el seno del PP, pero al menos ha desaparecido de la vida política con gallardía, que no es poco en los tiempos que corren.
Sin embargo, la descomposición del PAL resulta obvia que no es la misma que está viviendo GIAL, y no creo que haya sido por la naturaleza de la 'Operación Poniente', sino por la altanería y la soberbia que han determinado sus más carismáticos dirigentes. Me avalo en el estado social que se vivía en El Ejido durante la larga ebullición de la 'Operación Poniente', que casi consiguió situar a Juan Enciso como víctima. Pero los acontecimientos en El Ejido y en el PAL se han sucedido después a tal velocidad que han conseguido enfermar al presidente del PAL cuando sabido es que el capitán es el último en abandonar la nave y que en momentos difíciles es cuando más salud de hierro tiene. Si durante un tiempo la actuación política del estado mayor del PAL ha sido digna de elogio, igualmente pienso que en las últimas fechas han estado cometiendo un error tras otro y tal vez multiplicando los errores, desde mi punto de vista, por soberbia cuando paradójicamente en la vida política debe imperar la humildad. Y Elsur, creo, tiene mucho que decir en el actual estado de salud del PAL, ofreciendo la impresión de que el patrón ha sido engullido y ya solo queda por conocer si concurrirá a los comicios electorales de mayo próximo y se retirará con esa humildad que debe caracterizar a los grandes personajes políticos.
(La Gaceta de Almería)
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