Paqui Rueda
Coordinadora de Igualdad de Izquierda Unida
Cinco mujeres en Almería de las sesenta y cuatro asesinadas por el hecho de ser mujeres, asesinadas a manos de la violencia machista, hombres que piensan que ellas les pertenecen y pueden por ello decidir sus vidas y sus muertes. A fecha de hoy hemos superado con creces las mujeres asesinadas durante todo el año 2009.
Tras cuatro años de la entrada en vigor de la Ley Contra la Violencia de Género hemos constatado que la Ley por sí sola no es la solución. Hay que avanzar en la reforma de la Ley Integral contra la Violencia hacia las mujeres, hay que reconocer, de una vez, que la violencia de género es una cuestión estructural que hay que erradicar desde todos los ámbitos.
Se hace necesario redoblar esfuerzos y exigir a todas las Instituciones el desarrollo de medidas integrales y transversales, y que impliquen a todos los estamentos sociales y políticos, abordando en su integridad la violencia de género, sin que se limiten a la llamada violencia doméstica y que estén dotados de recursos materiales, humanos y económicos suficientes. Una prueba más de la desconsideración institucional hacia las mujeres ha sido la eliminación del Ministerio de Igualdad, que aunque no tenía competencias exclusivas en igualdad de género y sin un presupuesto significativo, representaba simbólicamente la aspiración del movimiento de mujeres y el feminismo.
En Andalucía, la inclusión de Igualdad en la Consejería de Bienestar Social, significo un retroceso, las Leyes de Igualdad y Violencia andaluzas no tienen plasmación práctica y la paridad brilla por su ausencia. Más del 52 % de las mujeres andaluzas reclaman trabajo y la brecha salarial se sitúa por encima del 13 %. La situación es dramática y hoy más que nunca se hace necesario que el movimiento feminista y las organizaciones de izquierda real nos organicemos entorno a la toma de acuerdos para defender una sociedad sin violencia de género.
Hay que transformar una realidad que no se puede soportar por más tiempo. Debemos influir en la creación de una verdadera coordinación política y administrativa entre las Administraciones Públicas para acabar con esta lacra social.
Tras cuatro años de la entrada en vigor de la Ley Contra la Violencia de Género hemos constatado que la Ley por sí sola no es la solución. Hay que avanzar en la reforma de la Ley Integral contra la Violencia hacia las mujeres, hay que reconocer, de una vez, que la violencia de género es una cuestión estructural que hay que erradicar desde todos los ámbitos.
Se hace necesario redoblar esfuerzos y exigir a todas las Instituciones el desarrollo de medidas integrales y transversales, y que impliquen a todos los estamentos sociales y políticos, abordando en su integridad la violencia de género, sin que se limiten a la llamada violencia doméstica y que estén dotados de recursos materiales, humanos y económicos suficientes. Una prueba más de la desconsideración institucional hacia las mujeres ha sido la eliminación del Ministerio de Igualdad, que aunque no tenía competencias exclusivas en igualdad de género y sin un presupuesto significativo, representaba simbólicamente la aspiración del movimiento de mujeres y el feminismo.
En Andalucía, la inclusión de Igualdad en la Consejería de Bienestar Social, significo un retroceso, las Leyes de Igualdad y Violencia andaluzas no tienen plasmación práctica y la paridad brilla por su ausencia. Más del 52 % de las mujeres andaluzas reclaman trabajo y la brecha salarial se sitúa por encima del 13 %. La situación es dramática y hoy más que nunca se hace necesario que el movimiento feminista y las organizaciones de izquierda real nos organicemos entorno a la toma de acuerdos para defender una sociedad sin violencia de género.
Hay que transformar una realidad que no se puede soportar por más tiempo. Debemos influir en la creación de una verdadera coordinación política y administrativa entre las Administraciones Públicas para acabar con esta lacra social.
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