El compromiso de un periodista

Miguel Ángel Blanco Martín
Periodista


Hay momentos en la realidad en los que el periodista no puede ser neutral. Así se entiende la trayectoria de Manuel ‘Manolo’ Gómez Cardeña (Córdoba, 1951), periodista, forjado en la ‘Transición’, en Almería fundamentalmente. Y después, con nuevos itinerarios, en Granada, Córdoba y Sevilla. El  pasado 4 de mayo recibió el reconocimiento de la Asociación de la Prensa de Granada, en un acto conmemorativo del ‘Día Mundial de la Libertad de Expresión’,  por su labor en el mundo audiovisual andaluz, especialmente como coproductor de la película ‘Yo, también’. Y éste es su retrato ‘almeriense’.

Manolo Gómez Cardeña llegó a Almería, en 1974, cuando el periodismo se reinventaba cada día, en territorios muchas veces hostiles, casi siempre contracorriente y contra el sistema si querías ser honesto. Madrugada del 20-N de 1975, adiós al dictador, y Manolo estuvo allí viendo otro estilo de amanecer en la mañana del 21, cuando me llamó por el portero automático, desde la calle, “¡Franco ha muerto, tío!”.

Manolo se forjó en Almería, donde permaneció hasta 1979. Halagado, arropado criticado, vigilado, perseguido, detenido… Y siempre vital, leal y coherente.

Fueron tiempos de la ‘Redacción Abierta’ en la Delegación de Ideal en Almería, un lugar al que acudían muchos ciudadanos anónimos en busca de un joven periodista del que alguien les había hablado para que sacara en el periódico sus problemas: del barrio, del pueblo, de la calle, del trabajo. Manolo se forja con los primeros procesos electorales, las primeras elecciones, el barrunto de la democracia que se avecina; el tiempo de la firma colectiva ‘Línea 2’, un trabajo en equipo de dos periodistas (él y yo); de aventuras informativas por la provincia, allí donde había que desentrañar hechos, sucesos, acontecimientos, la peculiar vida cotidiana de cada lugar. Vinieron momentos de las manifestaciones, cuando los periodistas en muchas ocasiones corrían con los manifestantes delante de los ‘grises’. Y por allí andaba, corría y fue golpeado y detenido Manolo, en citas con una clandestinidad que salía a la superficie; inmersión en las Plataformas de Lucha Anticapitalista y la presencia ‘compañera’ y ‘amiga’ de Javier Ayestarán Amunarriz y de Fernando Martínez López.

La realidad era plural y situaba en el centro los plenos municipales, las reivindicaciones de los obreros de la construcción, el sindicalismo que esperaba un tiempo nuevo; las viudas de los albañiles muertos tras el derrumbamiento del ‘Edificio Azorín’, que, años después, todavía esperaban las indemnizaciones; los problemas de los barrios; las reivindicaciones de los maestros y estudiantes, de los pescadores, ‘la batalla de Pescadería’ (1976); la muerte de Javier Verdejo; la memoria en torno a ‘Los Coloraos’. Fue testigo del nacimiento del Festival de Teatro de El Ejido, de los pormenores sociales del Poniente y el ascenso de El Ejido; se situó con la conciencia de una cultura crítica en el terreno universitario, de los tiempos del Ateneo de Almería. Fue clave en el nacimiento de ‘Almería Semanal’, una alternativa periodística, de vida efímera (1979-1980). Y también supo aportar nueva savia a la transición de la profesión periodística en la Asociación de la Prensa.

Manolo Gómez Cardeña era, por todo esto, un periodista molesto al sistema establecido, que hizo todo lo indecible por anularlo. El sistema se empeñó en echar a Manolo de Almería y para eso montó en 1979 una campaña de pintadas anónimas contra su persona, realizadas por un grupo de ‘mercenarios’ de extrema derecha (Unión de Falangistas de Almería). La dirección del periódico tomó entonces la decisión del traslado de Manolo a la Redacción de Granada. El paso del tiempo señala al entonces gobernador civil, José María Bances Álvarez, como promotor de la campaña, con  otras complicidades políticas, que nunca perdonó la ‘independencia crítica’ del joven periodista.

Las inquietudes de Manolo Gómez Cardeña le han llevado después por los territorios del campo audiovisual, cinematográfico y editorial, con distintas empresas y proyectos, que le han situado, en 2010, de presidente de la Asociación de Productores de Andalucía. Un momento importante es ser coproductor de la película ‘Yo, también’ de los cineastas Antonio Naharro y Álvaro Pastor, un largometraje revelación en torno a Pablo Pineda, primera persona con ‘síndrome de Down’, que consigue una licenciatura universitaria. Libros, películas, programas de televisión, series, etc., configuran un importante bagaje, que sigue aumentando.

En el centro de la imagen, comparece ahora Manolo Gómez Cardeña, testigo de nuestro tiempo con muchos desencantos. En mí permanece su figura de joven y nervioso periodista con una libreta y un bolígrafo. Y recuerdo curiosamente cómo disfrutó, recién llegado a Almería, en un festival de los Reyes Magos, organizado por el periódico. Manolo, allí entre niños, se sumergió en sus mismas ilusiones y fantasías. Y se hizo uno de ellos. Para sobrevivir, en el futuro.

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