Gial, ¿hijo pródigo o muerto?

Eugenio Narbaiza
Periodista

El Gial, ese pequeño partido que ha decidido integrarse nuevamente en las filas del PP, está generando más problemas de los necesarios a la hora de firmar su certificado de defunción. Por unas cosas o por otras, quizás por el mero motivo de tener protagonismo, su finiquito está llevandose de una manera poco adecuada por su lider, quien parece que quiere ponerle palos a la rueda en el caso de la integración.

El Gial, partido derivado del PP y que se ha mantenido a su lado durante dos legislaturas, accediendo al poder con el partido proveniente, no puede pretender que además de elegir sus candidatos, es decir, colocar a los amigos de Megino, puedan elegir los puestos de salida que ocuparán en la candidatura, o las concejalias que ocuparían en el caso de salir elegidos y acceder al poder, porque su actitud es antinatural. En este caso, la actitud de Gial y la de su lider, Juan Megino, respecto al PP, parece más bien la de la existencia de una coalición que la de una integración. Megino no puede minusvalorar la capacidad de decisión del actual alcalde y candidato Luis Rogelio Rodriguez Comendador, asi como tampoco puede poner en jaque la libertad de elección del candidato a la alcaldía para configurar lo que pueda ser el mejor equipo de gobierno.

En unas declaraciones realizadas ayer, Luis Rogelio aseveró que la integración no suponía la asunción por su parte y por parte del PP de los candidatos que el Gial sugiriera como propios, poniendo el ejemplo de un embajador que acude a un pais a presentar las cartas credenciales, cosa que parece lógica existiendo un candidato y un comité electoral encargado de designar y dar el visto bueno a las candidaturas. Pero bastaron estas palabras del alcalde y candidato para que, acudiendo a las especulaciones, porque lo cierto es que no pueden ser otra cosa, el Gial acabará integrado en el PP, se ponga en jaque la integración, la posible candidatura integradora que no coaligada y casi la posibilidad de que el señor Megino y su gente puedan condicionar la política de la ciudad.

Estos últimos estertores de Megino y su gente, propios de políticos que dan un paso por supervivencia a pesar de no estar convencidos del mismo, deben hacer pensar tanto a la ciudadania como al PP, puesto que si se ven tan fuertes como para condicionar la vida política de la ciudad, ¿ por qué no se presentan de nuevo?¿Los candidatos que ofrecen como suyos al PP tienen las garantias necesarias de capacidad de integración o chantajearán con algo al candidato?

La verdad es que el espectáculo que está ofreciendo Megino con el tema de la absorción por parte del PP de su formación política ya pasa de castaño oscuro. O o sigue el camino emprendido en las conversaciones mantenidas con Gabriel Amat o, si es valiente y cree que puede hacer lo que quiera, que se presente para que los ciudadanos almerienses pasen el tamiz del juicio de su trabajo y salgan o no elegidos. Por otro lado, el PP no solo no es que haya sido generoso con el partido de Megino, sino que está teniendo demasiada paciencia con la vuelta de los hijos del "hijo pródigo" Megino, porque las urnas y el clima político harían ver que esta formación que quiere integrarse en el PP tendría unos resultados más bien nefastos en las elecciones municipales de la ciudad.

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