Juan Carlos Usero
Presidente de la Diputación de Almería y candidato a la alcaldía de Almería
Me consta que los vendedores del Mercado Central están pasando un mal momento por los graves perjuicios ocasionados desde el Ayuntamiento como consecuencia de las obras de reconstrucción que lleva a cabo en la antigua plaza. Habrá quien piense que era un mal ineludible porque, tarde o temprano, con alcalde socialista o popular, se tendría que haber intervenido de forma drástica en la remodelación de este emblemático edificio que constituye la locomotora del comercio tradicional del centro de Almería. Coincidiendo en el hecho en sí –la necesidad imperiosa de acometer el proyecto- permítanme que difiera en el procedimiento, dado que no se trata de un edifico de oficinas, cuyo personal y cometido son fácilmente trasladable, sino que hablamos de un espacio de negocio, foco de atracción económica, del que también se benefician un sinfín de comercios.
Desde el PSOE sostuvimos siempre que trasladar el mercado fuera de su lugar implicaría graves perjuicios, tanto para los vendedores allí ubicados como para los comerciantes del centro y los propios usuarios, acostumbrados a realizar sus compras diarias en la plaza. Hubiera sido mejor que se les ubicara provisionalmente en un emplazamiento más cercano. Es más podrían haber cubierto y acondicionado el pasaje peatonal que circunvala el Mercado mientras duraran las obras, lo mismo que se ha hecho algún alcalde popular en otra capital andaluza.
Sin embargo, aquí se optó por la deslocalización, con todo lo que ello implicaba. Los resultados son visibles: los comerciantes que contaban con unos ahorros han regresado a la zona ocupando pequeños establecimientos ya cerrados, mientras otros han optado por echar el cierre definitivo para no hacer más grande el agujero en caja de sus negocios.
Pero es que, además, los trabajos tendrían que haber comenzado al día siguiente de ser desalojado el edificio, y en cambio se ha tardado un año sólo en contratar la dirección de obras, requisito previo imprescindible para la ejecución del proyecto. Es importante que se sepa que los trabajos realizados hasta ahora se han limitado a la limpieza, el desmontaje de los puestos y el pilotaje de edificio, y que el proyecto en sí no ha comenzado a ejecutarse hasta la contratación de la dirección de obra.
El tiempo nos da la razón, pues el mercado provisional ubicado en la carretera de Ronda no cubre las expectativas de negocio iniciales y muchos concesionarios de los puestos han tenido que abandonarlos.
Desde el PSOE sostuvimos siempre que trasladar el mercado fuera de su lugar implicaría graves perjuicios, tanto para los vendedores allí ubicados como para los comerciantes del centro y los propios usuarios, acostumbrados a realizar sus compras diarias en la plaza. Hubiera sido mejor que se les ubicara provisionalmente en un emplazamiento más cercano. Es más podrían haber cubierto y acondicionado el pasaje peatonal que circunvala el Mercado mientras duraran las obras, lo mismo que se ha hecho algún alcalde popular en otra capital andaluza.
Sin embargo, aquí se optó por la deslocalización, con todo lo que ello implicaba. Los resultados son visibles: los comerciantes que contaban con unos ahorros han regresado a la zona ocupando pequeños establecimientos ya cerrados, mientras otros han optado por echar el cierre definitivo para no hacer más grande el agujero en caja de sus negocios.
Pero es que, además, los trabajos tendrían que haber comenzado al día siguiente de ser desalojado el edificio, y en cambio se ha tardado un año sólo en contratar la dirección de obras, requisito previo imprescindible para la ejecución del proyecto. Es importante que se sepa que los trabajos realizados hasta ahora se han limitado a la limpieza, el desmontaje de los puestos y el pilotaje de edificio, y que el proyecto en sí no ha comenzado a ejecutarse hasta la contratación de la dirección de obra.
El tiempo nos da la razón, pues el mercado provisional ubicado en la carretera de Ronda no cubre las expectativas de negocio iniciales y muchos concesionarios de los puestos han tenido que abandonarlos.
De hecho, en el momento del desalojo del Mercado, en mayo de 2009, había 145 puestos. Al provisional se han ido 120 y en el rehabilitado sólo habrá 101, con lo que 44 puestos se habrán quedado en el camino. Cuarenta y cuatro familias y decenas de puestos de trabajo perdidos. Pero es que las ventas se han reducido a menos de la décima parte, algo insostenible para los profesionales que trabajan allí, sin que el Ayuntamiento haya cumplido su compromiso de promocionar el nuevo mercado.
No me extraña que el alcalde fuera a hacerse la foto al viejo mercado ya que, sin duda, visitar el provisional implica el riesgo de someterse a más de una situación comprometida, pues me consta que los vendedores, que se sienten desprotegidos y abandonados, llevan tiempo solicitándole una reunión, sin que hasta ahora se haya encontrado hueco en la agenda del primer edil.
Desde esta página quiero expresar mi firme compromiso con los comerciantes y mi solidaridad con estas familias ante la acuciante situación que están viviendo, y me comprometo a ser sensible a sus necesidades para que, de una vez por todas, se ponga solución a este despropósito: que se cree una comisión de seguimiento e información para asegurarnos de que las obras se realizan en tiempo y en forma, que se cumplan los compromisos adquiridos con los concesionarios del Mercado y que el alcalde se reúna con este colectivo y escuche sus demandas. Esta situación se puede superar, siempre que haya voluntad de hacerlo.
No me extraña que el alcalde fuera a hacerse la foto al viejo mercado ya que, sin duda, visitar el provisional implica el riesgo de someterse a más de una situación comprometida, pues me consta que los vendedores, que se sienten desprotegidos y abandonados, llevan tiempo solicitándole una reunión, sin que hasta ahora se haya encontrado hueco en la agenda del primer edil.
Desde esta página quiero expresar mi firme compromiso con los comerciantes y mi solidaridad con estas familias ante la acuciante situación que están viviendo, y me comprometo a ser sensible a sus necesidades para que, de una vez por todas, se ponga solución a este despropósito: que se cree una comisión de seguimiento e información para asegurarnos de que las obras se realizan en tiempo y en forma, que se cumplan los compromisos adquiridos con los concesionarios del Mercado y que el alcalde se reúna con este colectivo y escuche sus demandas. Esta situación se puede superar, siempre que haya voluntad de hacerlo.
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