Juan Carlos Usero
Presidente de la Diputación de Almería y candidato a la Alcaldía
No creo que necesite explicarle, respetado lector, quién era Pinocho, aunque sí me permito reclamar su atención en estas líneas para hacer una brevísima reflexión sobre la sonrisa de este muñeco de madera, hijo, como saben, de Maese Gepetto. Quiero plantear el dilema sobre si las mentiras de Pinocho horadaban su moral o si, por el contrario, las profería como si fueran verdades, entregado a la causa que las motivaba. Sólo bajo esta segunda premisa se podría explicar el insólito hecho de que estos chicos de derechas que gobiernan el Ayuntamiento de Almería se hayan presentado, nada menos que cuatro veces, ante la sociedad almeriense afirmando que han bajado nuevamente el IBI. Y es insólito, digo, porque si arriesgan a la verdad, ya que no hay nada más fácil de comprobar por todos los ciudadanos que las falsedades referidas al recibo de la contribución, pues la mayoría de nosotros tenemos varios de ellos en casa para constatar que, lejos de reducir su cuantía, no ha dejado de subir de forma desproporcionada, y que, además, lo ha hecho con más descaro desde que estos señores de la derecha ocupan el Ayuntamiento de todos los almerienses. Podrán gastar montañas de dinero público en pagar esos ríos de tinta con los que tratan de hacernos ver lo blanco negro, pero la verdad no tiene más que un camino y es que el IBI nuevamente sube, y mucho.
El maremagno de datos con que han envuelto el asunto puede resultar tedioso pero lo que todo el mundo tiene claro y es una realidad palpable es que cada año pagamos más, por mucho que se empeñe el equipo de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador en anunciarnos todo lo contrario.
El maremagno de datos con que han envuelto el asunto puede resultar tedioso pero lo que todo el mundo tiene claro y es una realidad palpable es que cada año pagamos más, por mucho que se empeñe el equipo de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador en anunciarnos todo lo contrario.
Cuando apenas acabamos de digerir el último recibo del IBI, vuelven a la carga y aseguran que en 2011 'volverá a bajar'. Siguiendo sus indicaciones, podríamos pensar que va a bajar pero, lo cierto es que volverá a subir. Los ciudadanos pagaremos más que el año anterior, de eso no les quepa duda, al igual que ha pasado este año. El Ayuntamiento lo único que va a hacer es bajar de manera imperceptible el coeficiente que se aplica al IBI, que es el único concepto que puede variar según el criterio de cada ayuntamiento. Este porcentaje, por ley, podrían bajarlo hasta un máximo del 0,400 pero han preferido mantenerlo estos años en torno al 0,600 porque ese les deja margen para salir una y otra vez a la palestra a anunciar inapreciables bajadas que en nada contribuyen a aliviar la carga de los contribuyentes.
Este gravamen se tuvo que haber bajado en el recibo de 2008, que, como seguro recordarán, fue el primero en el que sufrimos una subida exponencial de dicho impuesto, subida que se justificó en la revisión del valor catastral de los inmuebles, como ocurre cada 10 años, pero también en el hecho de que el Ayuntamiento mantuviera ese coeficiente en el mismo nivel, en lugar de rebajarlo para contener el incremento.
Lo que no hizo entonces, cuando nos quedamos atónitos al ver los ceros de la cifra que teníamos que pagar, es lo que nos van vendiendo ahora por fases. Pero no se dejen engañar. Mientras la normativa permite que este tipo se baje hasta un 0,400, en la capital se acaba de fijar en un 0,575, lo que se traduce en que en 2011 nuestro recibo volverá a ser más caro. No en vano, desde 2007 hasta 2010, el incremento ha sido de entre un 40 y un 50 por ciento. Lo único que les honra es la capacidad de copiar iniciativas socialistas cuando les conviene, como la referida a la “cuenta 10”, que ya incorporábamos nosotros en el programa electoral de Nono Amate para el fraccionamiento de pagos.
Desde el Grupo Municipal Socialista, del que formo parte como concejal, no nos hemos cansado de hacer propuestas durante estos tres años para amortiguar la subida a los contribuyentes y bajar el tipo hasta el mínimo que permite la ley, que es lo que se tendría que haber hecho, si realmente se pensase en los ciudadanos. Lo que ocurre es que, por la vía de la subida del IBI, el gobierno del Partido Popular obtiene mayor liquidez para gasto corriente, eso sí, a costa de asfixiar a los ciudadanos, sin importarle que muchas familias pasen las noches en vela pensando cómo se las ingeniarán para hacer frente a sus facturas. Me consta que muchos ciudadanos empiezan ya a estar hartos de cuentos porque la realidad de una factura supera con creces el universo multicolor que estos chicos se empeñan en pintar ante nosotros.
Este gravamen se tuvo que haber bajado en el recibo de 2008, que, como seguro recordarán, fue el primero en el que sufrimos una subida exponencial de dicho impuesto, subida que se justificó en la revisión del valor catastral de los inmuebles, como ocurre cada 10 años, pero también en el hecho de que el Ayuntamiento mantuviera ese coeficiente en el mismo nivel, en lugar de rebajarlo para contener el incremento.
Lo que no hizo entonces, cuando nos quedamos atónitos al ver los ceros de la cifra que teníamos que pagar, es lo que nos van vendiendo ahora por fases. Pero no se dejen engañar. Mientras la normativa permite que este tipo se baje hasta un 0,400, en la capital se acaba de fijar en un 0,575, lo que se traduce en que en 2011 nuestro recibo volverá a ser más caro. No en vano, desde 2007 hasta 2010, el incremento ha sido de entre un 40 y un 50 por ciento. Lo único que les honra es la capacidad de copiar iniciativas socialistas cuando les conviene, como la referida a la “cuenta 10”, que ya incorporábamos nosotros en el programa electoral de Nono Amate para el fraccionamiento de pagos.
Desde el Grupo Municipal Socialista, del que formo parte como concejal, no nos hemos cansado de hacer propuestas durante estos tres años para amortiguar la subida a los contribuyentes y bajar el tipo hasta el mínimo que permite la ley, que es lo que se tendría que haber hecho, si realmente se pensase en los ciudadanos. Lo que ocurre es que, por la vía de la subida del IBI, el gobierno del Partido Popular obtiene mayor liquidez para gasto corriente, eso sí, a costa de asfixiar a los ciudadanos, sin importarle que muchas familias pasen las noches en vela pensando cómo se las ingeniarán para hacer frente a sus facturas. Me consta que muchos ciudadanos empiezan ya a estar hartos de cuentos porque la realidad de una factura supera con creces el universo multicolor que estos chicos se empeñan en pintar ante nosotros.
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