Juan Antonio Segura Vizcaíno
Secretario de Política Municipal del PSOE de Almería
Esta semana, el Congreso de los Diputados albergaba un Pleno Monográfico sobre el empleo. El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comparecía para poner de manifiesto el plan de acción contra el desempleo que desde el gobierno socialista se está ejecutando.
Por primera vez, desde que se inició el proceso de destrucción de empleo en la economía española, se ha reducido el número de desempleados, 71.000 menos, situándose la tasa de paro en el 19,8 % de la población activa. Además, se generaron 70.000 empleos netos, el segundo aumento trimestral del empleo. Aunque la tarea es y va a seguir siendo muy ardua tenemos que dejar atrás las consecuencias de la peor crisis internacional que hemos vivido, y resolver definitivamente los desequilibrios acumulados en nuestra anterior fase de expansión económica que se inició a mediados de los noventa.
La lucha contra el paro es la prioridad entre las prioridades, el destino de la política económica del Gobierno, y lo que da sentido al esfuerzo por afinar todos y cada uno de sus instrumentos. El compromiso del Gobierno con las reformas estructurales de nuestra economía y con la austeridad en el gasto público en pro de la consolidación fiscal se expresó sobre bases nuevas, hace ahora casi un año, con la presentación ante la Cámara de la Estrategia de la Economía Sostenible, que fue como se denominó al Plan global de reformas que conjugaba las que ya se habían iniciado, por ejemplo en el sector servicios, con las que en ese momento se anunciaban adquiriendo compromisos concretos y periodificados en relación con cada una de ellas.
El objetivo de la Estrategia es acelerar el tránsito hacia un modelo de crecimiento más equilibrado, competitivo e innovador; un modelo de crecimiento económico, social y medioambientalmente sostenible, que lleva al Gobierno desde entonces a conducir su acción sobre los tres grandes ejes de la austeridad, las reformas y la cohesión social.
Ante esta exposición de ideas y de hechos hemos vuelto a ver a un Mariano Rajoy y a un PP vacío en ideas. Su única propuesta ha sido adelantar las elecciones generales y, por desgracia para todos los españoles, es la única propuesta que se le conoce desde 2004, cuando perdió las primeras elecciones contra Zapatero. El señor Rajoy se ha mostrado muy preocupado por su futuro, pero no por el futuro de los desempleados, y ha vuelto a desperdiciar la oportunidad de aportar propuestas e ideas a las reformas emprendidas por el Gobierno de España.
Nos va a costar tiempo y esfuerzo volver a crear empleo al ritmo que deseamos, al que necesitan los ciudadanos que lo han perdido y la propia sociedad española en su conjunto, pero con la lucha y el tesón de todos lo conseguiremos.
Por primera vez, desde que se inició el proceso de destrucción de empleo en la economía española, se ha reducido el número de desempleados, 71.000 menos, situándose la tasa de paro en el 19,8 % de la población activa. Además, se generaron 70.000 empleos netos, el segundo aumento trimestral del empleo. Aunque la tarea es y va a seguir siendo muy ardua tenemos que dejar atrás las consecuencias de la peor crisis internacional que hemos vivido, y resolver definitivamente los desequilibrios acumulados en nuestra anterior fase de expansión económica que se inició a mediados de los noventa.
La lucha contra el paro es la prioridad entre las prioridades, el destino de la política económica del Gobierno, y lo que da sentido al esfuerzo por afinar todos y cada uno de sus instrumentos. El compromiso del Gobierno con las reformas estructurales de nuestra economía y con la austeridad en el gasto público en pro de la consolidación fiscal se expresó sobre bases nuevas, hace ahora casi un año, con la presentación ante la Cámara de la Estrategia de la Economía Sostenible, que fue como se denominó al Plan global de reformas que conjugaba las que ya se habían iniciado, por ejemplo en el sector servicios, con las que en ese momento se anunciaban adquiriendo compromisos concretos y periodificados en relación con cada una de ellas.
El objetivo de la Estrategia es acelerar el tránsito hacia un modelo de crecimiento más equilibrado, competitivo e innovador; un modelo de crecimiento económico, social y medioambientalmente sostenible, que lleva al Gobierno desde entonces a conducir su acción sobre los tres grandes ejes de la austeridad, las reformas y la cohesión social.
Ante esta exposición de ideas y de hechos hemos vuelto a ver a un Mariano Rajoy y a un PP vacío en ideas. Su única propuesta ha sido adelantar las elecciones generales y, por desgracia para todos los españoles, es la única propuesta que se le conoce desde 2004, cuando perdió las primeras elecciones contra Zapatero. El señor Rajoy se ha mostrado muy preocupado por su futuro, pero no por el futuro de los desempleados, y ha vuelto a desperdiciar la oportunidad de aportar propuestas e ideas a las reformas emprendidas por el Gobierno de España.
Nos va a costar tiempo y esfuerzo volver a crear empleo al ritmo que deseamos, al que necesitan los ciudadanos que lo han perdido y la propia sociedad española en su conjunto, pero con la lucha y el tesón de todos lo conseguiremos.
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