José Luis Raya
Coordinador local de UPyD de Almería
Tras las últimas informaciones publicadas en relación con el enriquecimiento de algunos miembros de UpyD parece que debo dejar mi afiliación, pues me dijeron que este partido se rige por el voto de la castidad y el de obediencia, pero nadie me habló de que tuviéramos que profesar el voto de pobreza. Yo pensé que me había afiliado a Unión Progreso y Democracia, pero ateniéndome a las injurias que publica La Gaceta del día 12 de octubre debí afiliarme a Unión Pobreza y Democracia. El articulista ha pensado que éramos una orden Templaría o miembros de los Carmelitas del Perpetuo Socorro y de la Pobreza Eterna, y que dentro de nuestros votos entraba el de ser paupérrimos.
He de informar al gacetillero que los miembros de Unión Progreso y Democracia, cuando accedemos a la condición de afiliados, te informan de que has de seguir el voto de obediencia, aunque eso si, para todo miembro de la “orden UPyD" la obediencia no solo puede ser critica, sino que debe serlo, y si me apuran debe ser hasta revolucionaria; también tenemos el voto de castidad, lo que en definitiva es bueno a tenor de que en otros partidos, por joder, se jode hasta a los ciudadanos; pero nada obliga a seguir el voto de pobreza.
He de informar al gacetillero que los miembros de Unión Progreso y Democracia, cuando accedemos a la condición de afiliados, te informan de que has de seguir el voto de obediencia, aunque eso si, para todo miembro de la “orden UPyD" la obediencia no solo puede ser critica, sino que debe serlo, y si me apuran debe ser hasta revolucionaria; también tenemos el voto de castidad, lo que en definitiva es bueno a tenor de que en otros partidos, por joder, se jode hasta a los ciudadanos; pero nada obliga a seguir el voto de pobreza.
En cualquier caso y como afiliado a Unión Progreso y Democracia, que no de Unión Pobreza y Democracia, señores gacetilleros, sin ser defensor de “la casta” (aunque a estas alturas de mi vida, más de uno me incluya en ella), la calumnia me parece un pecado intolerable, en particular si lo realizan de forma gratuita o la generan los medios de comunicación; yo diría que lo que ustedes han hecho es a la información lo que la pederastia es a la educación.
El artículo publicado en La Gaceta en relación con los cargos de UpyD me pareció más que una información para llenar el hueco editorial haciendo daño “al enemigo”, un sembremos la duda que algo queda, un no tenemos nada contra “estos” pero que se defiendan “el que se defiende, algo oculta”, un esto “viene bien a quien nos paga” y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, referenciamos un montón de datos, un puñado de nombres y de fechas; y decimos: “Seis sindicalistas aumentan su patrimonio tras entrar en UPyD”.
La Gaceta, en un totum revolutum y para cumplir con el encargo de las 2.500 palabras que al gacetillero le habían asignado, han juntado lo divino con lo humano, las compras con los prestamos, las amistades, los gananciales, las herencias, las hipotecas y hasta la pila bautismal, para sin decir nada dejar en duda todo, principalmente poner en duda el honor, que como sabemos es patrimonio del alma y esta es de Dios, que le pidan explicaciones a él debieron pensar los impenitentes (por cierto, Dios os pedirá explicaciones a vosotros, por el octavo).
Es lamentable que un medio de comunicación en cuya línea editorial es moneda en curso la queja del trato que algunos diarios dan al Partido Popular o a la iglesia católica, que condena al fuego eterno a las series y programas rosas, que hace bandera de la lucha contra el dirigismo informativo del PSOE en los medios del régimen y hace frente común contra “los cultos de la ceja”, termine siendo herramienta que hace lo propio para el Partido Popular; y haya terminado parodiando aquel episodio de la serie “Aída” en el que ésta disputa la presidencia de la asociación de padres con el intelectual del barrio, el tendero. Este que era el candidato organizado, capaz, honesto, que lucha por el bien común; su oponente a Aída; todos daban por ganador al más cualificado, pero Aída tiene un arma secreta para llegar al poder, “ella sigue todos los programas de las tardes”, su estrategia es impedir la libre expresión del tendero, plantear dudas sobre la gestión sin aportar datos ni soluciones y por supuesto siembra dudas sobre su honor y sobre el interés que tiene en ser presidente. Bueno, ustedes dirán que Pepe Viyuela no es Juan Luis Fabo y, claro, Espe no es Aída.
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