ZP vende su chalé en Vera

Eugenio Narbaiza
Periodista

Al igual que muchos foráneos, el presidente del gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero, y su esposa adquirieron hace aproximadamente cuatro años un chalet adosado en la Urbanización Nueva Vera, de Vera. Esta noticia, sorprendente inicialmente, causó en su día una cierta polémica por el precio pagado por el adosado adquirido por zp a nombre de su esposa, Sonsoles, cuyo precio estimativo rondaba los 440 mil euros, dado que en su momento se formularon diversas acusaciones de que los terrenos se habrian adquirido de una manera irregular y que se habrían producido algunas comisiones irregulares en la construcción de la urbanización. Hoy, tres años después, al igual que miles de españoles, todo parece indicar que por causas de mala construcción del adosado, puesto que se encuentra situado en un humedal y en una zona nudista de la localidad, el mandatario vallisoletano vende su chalet en un 20 a 25% menos que su valor inicial, y al parecer, sin haber podido disfrutar de una manera adecuada de su propiedad en la localidad almeriense.

Esa noticia, inicialmente parece irrelevante, anecdótica, pero lo cierto es que resulta tremendamente negativa para una provincia como la nuestra, en donde la crisis económica está golpeando de manera muy severa, especialmente en el sector del turismo residencial, tanto en el Levante como en el Poniente, con la consabida mala fama que se viene produciendo de ser una provincia con dificultades de acceso, mal comunicada por carretera, servicios aéreos y por ferrocarril. Esta situación tremendamente perjudicial puede impedir que huéspedes más o menos ilustres como el presidente Zapatero sean participes de los veranos en la costa almeriense, y ¿qué solución le damos a esto para remediarlo? Ninguna.
Por los siglos de los siglos, nadie parece querer abrir las soluciones que la provincia precisa en materia de comunicaciones para que comencemos a despegar. Se habla de soterramiento (conozco hace diez años Almeria y entonces ya se explicaba ese proyecto), se habla de AVE, un tren que ni es rápido ni posiblemente tenga una alta velocidad en nuestra provincia y que llegará Dios sabe cuándo, y lo del servicio aéreo, ni lo mencionemos, porque salir o llegar a Almería desde cualquier punto de la geografía vale un potosí, sin remedio y sin que nadie haga nada por solucionar tan lamentable y abusiva situación.

Eso si, la belleza y las posibilidades en el sector turístico de nuestra provincia son afortunadamente innegables y resultan atractivas, pero lo que es absolutemente incomprensible es que la Diputación de Almería negocie la bajada de los precios de los billetes para su personal y no lo haga para los ciudadanos. No es entendible que el alcalde de la ciudad acuda solo a Barcelona, a donde un ex-compañero de partido, a rogarle que la compañia que preside, Vueling, mire las posibilidades de Almería para operar en su aereopuerto, cuando lo normal es que se iniciara acción conjunta de la Cámara de Comercio, Asempal, Ayuntamiento, Diputación, agencias de viajes... para intentar reducir costes y asi atraer a un turismo de calidad e interesante.

Esta marcha de la provincia de ZP, cuya presencia ha sido anecdótica y sin disfrute, nos debe hacer reflexionar si la crisis económica que al parecer le ha afectado a él para vender su adosado en Vera es en realidad un simple ejemplo de lo que está pasando, ante la falta de perspectivas de crecimiento en el sector vacacional de la provincia, por las deficiencias que presenta, el abandono a la que está sometida y a la dejadez de casi toda su clase dirigente, que, eso sí, cuando llega la hora de promocionar nuestra costa de Almería, están todos en Madrid, en el stand, degustando la buena gastronomía, en vez de ir a donde sea para pedir que de una vez Almería este comunicada al mundo como se merece.

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