Alarmante

José Fernández

Periodista

 

Lo que más me alarma de toda esta penosa exhibición de imprevisión e impotencia que está protagonizando el sedicente Gobierno del señor Zapatero en el tema de los controladores es, sin duda, la pasividad y la falta de respuesta cívica ante el insólito recorte del Estado de Derecho que supone tener los aeropuertos bajo control militar. Me resulta incomprensible la pasividad, cuando no el regocijo, con el que la sociedad española ha asumido, tolerado, e incluso aplaudido, el hecho preocupante de ver a trabajadores civiles a las órdenes directas de miembros del Ejército. Y digo que es preocupante porque de un lado evidencia que España está gobernada por un conjunto de personas ineficaces, insolventes e irresolutivas, que han de pasar por encima de sus propios discursos de civilidad y buen rollo para pedir auxilio a los cuarteles ante un problema estrictamente laboral. Y claro, conociendo al personal, nadie puede descartar que estos señores vuelvan a recurrir al auxilio armado para imponerse allá donde su “infinita capacidad de diálogo” no les permita alcanzar los éxitos obtenidos.

 

Pero por otro lado, lo que de verdad me alarma es la falta de reacción colectiva de una sociedad incapaz de mostrar interés por otra cosa que no sean los bailaputas televisivos o las rivalidades futbolísticas. Por lo menos, como todavía no estoy controlado por un uniformado, me atreveré a decir que las situaciones excepcionales, si lo son, no pueden ser sostenidas indefinidamente a capricho y conveniencia de un incompetente.