Antonio Hernández Rodicio
Director de El Correo de Andalucía
Andalucía 10 es una buena idea: la lucha contra el tópico no es más que hacernos justicia a nosotros mismos, los andaluces. Pero estoy convencido de que el motor del tópico se alimenta demasiado desde dentro, desde la propia Andalucía interesada en que la realidad no se abra paso. A partir de ahí, viendo a los propios, los extraños se sienten avalados para decir, escribir o lanzar cualquier barbaridad. Esta mañana en el acto de presentación se ha hablado de una bioregión con capacidad de atraer a investigadores excelentes, de una tierra que es primera división en el panorama aeronáutico mundial, de un territorio capaz de innovar en materias tan rentables como la agroindustria o el turismo. Se ha hablado por parte de reputados profesionales y empresarios de ingeniería, de tecnología, de biomedicina, de energías renovables. De patrimonio cultural y de cohesión social e infraestructuras. Séneca, Maimónedes, Celestino Mutis. Mercado, María Zambrano, Picasso. Todo ello es cierto y forma parte de la realidad histórica y de la cotidiana, tan sepultada a veces por la maldad propia y la pereza ajena.
Andalucía vista sin tópicos pero también sin autocomplacencia. Esa es la idea. Merece tener suerte y necesitará presupuesto e intensidad. De lo que carece en realidad Andalucía es un lobby eficaz en Madrid. Las comunidades más poderosas lo tienen. Y todas aprietan para quedarse los contratos más jugosos y ocupar los cargos más deseados. Seguro que contribuiría a dinamitar el tópico. El acto ha sido brillante y algunos de los vídeos, emocionantes. Como crítica constructiva, dos botones. Abomino de la dicción madrileña empleada en los vídeos. Se ha perdido una estupenda oportunidad para comenzar a luchar contra el tópico del habla andaluza, históricamente asociada al subdesarrollo y la analfabetización. Es tan falso y es el habla tan hermosa. Hay que levantar la cabeza contra las ideas preconcebidas, agacharla es el camino de la derrota. Y dos: no sé si se ha invitado a Javier Arenas y a Diego Valderas al acto. Si no se les ha invitado, mal. Y si se les ha invitado y no han ido, peor. Este es el paradigma de los asuntos de “estado” para Andalucía, una iniciativa apartidista que requiere voluntad de ser mantenida, renovada e intensificada en el tiempo y que sería reforzada con la participación de todos los grupos políticos. Esta será una pelea larga que sólo acaba de comenzar. Pero la única opción es ganarla a golpe de realidad.
(Publicado en El Correo de Andalucía)
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