Miguel Ángel Montero Valero
En los últimos días, he tenido el placer de leer varios artículos, en este medio y en otros, de varios miembros del PSOE, hablando sobre el estado del bienestar. Se ha hablado mucho de cómo sería dinamitado por el PP si llegara a gobernar, que el Sr. Mariano Rajoy es un “lobo” disfrazado con piel de cordero y que su política económica se basaría en privatizaciones y recortes sociales. He leído hasta la saciedad d qué forma se rompería y se fragmentaría el estado del bienestar.
Unos han hablado de que el PP privatizaría las empresas públicas, recortaría derechos sociales al estilo de nuestros vecinos del Reino Unido y, poco más o menos, iban a dejar colgadas a miles de familias. Pues bien, hoy me he encontrado la sorpresa de leer unas líneas sobre el próximo consejo de ministros del viernes, que nuestro Presidente ha querido adelantar a los medios de comunicación. En dicho consejo se va a decidir suprimir la ayuda a los parados de larga duración (los ya famosos 426 €) y la privatización de los aeropuertos de Madrid y Barcelona. Y como ya se iba viendo venir, la privatización de parte de Loterías y Apuestas del Estado. El Sr. Rodríguez Zapatero ha tenido el placer de anunciar, además, un paquete de rebajas fiscales a la mediana y pequeña empresa.
Todo esto no sería una novedad si lo hubiera anunciado el PP, más bien hubiera sido reiterar algunas de las ideas ya expuestas en sucesivas ocasiones. La novedad es que lo haga el gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero, gobierno que ha acusado por activa y por pasiva al Partido Popular de querer privatizar empresas públicas y recortar derechos sociales.
Tal y como está la situación, no cabe más que hacer recortes y sacar dinero de, como se dice en mi pueblo, debajo de las piedras. Pero es que este gobierno ha removido ya todo, por lo que no le cabía otra que aceptar la realidad. Ahora me pregunto dónde quedarán todas las críticas vertidas, dónde irán los ataques del Partido Socialista hacia el Sr. Gallardón por querer privatizar Mercamadrid y los argumentos socialistas de los que tanto he leído y comentado.
En la política, la hipocresía y la demagogia están muy presentes, pero se hacen más visibles cuando hay que dar marcha atrás. A ver en qué basamos ahora la estrategia, señores del Partido Socialista, porque los argumentos exprimidos en las últimas semanas por sus miembros se han quedado en “agua de borrajas”. Como diría mi queridísima abuela, “y los pájaros le tiran a las escopetas”.
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