Carlos Peña Aguilera
Presidente de la Asociación Granadina de
Amigos del Ferrocarril y el Tranvía (AGRAFT)
Presidente de la Asociación Granadina de
Amigos del Ferrocarril y el Tranvía (AGRAFT)
Un nuevo sinsabor más. Camino de 2011, esto es, el comienzo de la segunda década del siglo XXI, Renfe ofrece a sus fieles usuarios para ir a Almería y a Sevilla unos horarios de los de antes: casi dos horas y media al primer destino y casi tres y media para el segundo. Todo esto, coincidiendo con la puesta en servicio de los nuevos automotores serie 599, magníficos en cuanto a diseño, seguridad y confort, pero que no mejoran los tiempos de viaje anteriores. El próximo día 19 de diciembre es la puesta de largo del nuevo servicio. El departamento de comunicación de Renfe tendrá que esforzarse mucho en vestir al santo, porque la realidad es la que es: tren nuevo, más cómodo, más accesible y todo lo que quieras, pero más lento.
El Ave que todo lo cura, después se irán viendo las heridas, aún está por llegar y mientras tanto nuestra red convencional languidece con unos trazados y unos servicios propios de décadas anteriores. Pretendemos volar a 300 km por hora cuando todavía es imposible obtener una media de 100 en cualquier trazado de nuestra Andalucía Oriental. El nuevo tren, precioso por cierto, aumenta los tiempos de viaje entre 5 y 18 minutos según el trayecto y el horario elegido.
Ante la falta de previsión en la mejora de la red convencional, que lleva durmiendo el sueño de los justos en las líneas del sureste, especialmente en la línea de Linares y de Almería, se optó por un material móvil que mejorase las prestaciones de velocidad, seguridad y confort mediante modernos sistemas de basculación activa que permitían el rendimiento máximo en unos trazados sinuosos y con grandes desniveles, como ha sido el caso de las series 594 y 598.
El Ave que todo lo cura, después se irán viendo las heridas, aún está por llegar y mientras tanto nuestra red convencional languidece con unos trazados y unos servicios propios de décadas anteriores. Pretendemos volar a 300 km por hora cuando todavía es imposible obtener una media de 100 en cualquier trazado de nuestra Andalucía Oriental. El nuevo tren, precioso por cierto, aumenta los tiempos de viaje entre 5 y 18 minutos según el trayecto y el horario elegido.
Ante la falta de previsión en la mejora de la red convencional, que lleva durmiendo el sueño de los justos en las líneas del sureste, especialmente en la línea de Linares y de Almería, se optó por un material móvil que mejorase las prestaciones de velocidad, seguridad y confort mediante modernos sistemas de basculación activa que permitían el rendimiento máximo en unos trazados sinuosos y con grandes desniveles, como ha sido el caso de las series 594 y 598.
Cuando la entonces Ministra de Fomento Magdalena Álvarez presentó en Almería los trenes 598, los que hasta ahora circulan, se deshacía en elogios con el sistema de basculación activa que incorporaban, ya que podían aumentar sustancialmente la velocidad. Entonces, ¿a qué viene cambiarlos si no se ha mejorado la vía y los nuevos 599 no llevan basculación?
Frente al hecho de que todos los trenes de nueva construcción lleven sistema de basculación o renovar la vía, que salvo pequeñas variaciones conserva el trazado original del siglo XIX, se hace necesaria una renovación urgente de la vía convencional en aquellos tramos donde peor esté para que, entonces sí, circulen nuevos trenes y se acorten los tiempos de viaje. Desde 1987, fecha en la que se hizo la variante de Nacimiento, no se ha ejecutado una actuación similar en toda la línea Granada-Almería. De poco vale presentar el estudio informativo de una nueva línea de Altas Prestaciones, que con suerte puede que esté operativa en veinte años, mientras nuestro tren de todos los días circula inexorablemente hacia la ineficiencia y el déficit que justifica su cierre. Estamos ante la segunda muerte del tren.
Frente al hecho de que todos los trenes de nueva construcción lleven sistema de basculación o renovar la vía, que salvo pequeñas variaciones conserva el trazado original del siglo XIX, se hace necesaria una renovación urgente de la vía convencional en aquellos tramos donde peor esté para que, entonces sí, circulen nuevos trenes y se acorten los tiempos de viaje. Desde 1987, fecha en la que se hizo la variante de Nacimiento, no se ha ejecutado una actuación similar en toda la línea Granada-Almería. De poco vale presentar el estudio informativo de una nueva línea de Altas Prestaciones, que con suerte puede que esté operativa en veinte años, mientras nuestro tren de todos los días circula inexorablemente hacia la ineficiencia y el déficit que justifica su cierre. Estamos ante la segunda muerte del tren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario