Diario digital La República
El diario digital republica.es publica un peculiar diagnóstico de la situación actual de la prensa en España, que, por su interés, reproducimos.
Ya no volveremos a ver en España en directo los bombardeos de los B-52 de los Estados Unidos sobre el cielo encendido de Bagdad como aquellos que retransmitió la cadena americana CNN en la primera guerra de Irak. El Grupo Prisa ha anunciado, acuciado por sus deudas, el cierre de CNN+ como cerró Localia y vendió a Berlusconi -su enemigo ideológico- la Cuatro de televisión, con lo que Prisa renuncia a la televisión en abierto y se dice que muy pronto anunciará el despido de ¡1.400 empleados!
Y bien que sentimos la pérdida de CNN+ porque sus informativos estaban bien, y el programa de tarde de Antonio San José tenía independencia y calidad, e incluso el informativo nocturno de Iñaki Gabilondo lograba un buen nivel, a pesar de su pasión felipista y la resignada zapaterista. Sobre todo porque en el panorama televisivo español, de la basura berlusconiana en Tele5, sucesos como noticia de referencia en Antena 3 TV, el burdo sectarismo izquierdista de La Sexta, el oficialismo descarado de RTVE, y las tertulias de la extrema derecha -de las que unos enloquecidos pretenden sacar un Tea Party a la española contra el PP, liderado por Mario Conde- conforman un panorama audiovisual entre bochornoso y aterrador.
Prisa está en crisis empresarial, política y editorial. Bastaba ver como este diario titulaba en la entrega del Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa un reportaje del chismoso J. Cruz hablando del esmoquin del peruano que sencillamente era un frac. O como siguen protegiendo a Zapatero que los ha llevado a la ruina del fútbol de pago con La Sexta, o cómo se humillan ante Berlusconi, en una operación donde habrá mediado Zapatero durante su visita a Villa Certosa de “las velinas”. ¡Ay si Jesús Polanco levantara la cabeza! y viera el hundimiento y la decadencia de su imperio mediático bajo el mandato de su auto proclamado heredero editorial y sucesor, Juan Luis Cebrián.
La verdad es que en esto de los grandes grupos editoriales nadie está para echar cohetes o tirar la primera piedra. Los de Vocento están buscando con premura un grupo inversor, mientras el ABC pierde dinero e influencia, y fracasan estrepitosamente sus respectivas cadenas de Punto Radio y la 10 de TV. Los de Vocento sufren el ataque de internet frente al periodismo de papel no sólo en ABC sino en todos los diario locales de Vocento, por lo que ya no saben qué hacer, y el Petiso Vargas se hace cruces y el marqués don Diego Alcazar y Pedrín, alías el romano de la Romana, dice que se va a Salamanca a abrir una escuelita. ¿No será sobre medios de comunicación?
Los de Unedisa de El Mundo más de lo mismo, pero con gran deuda y los nervios de los propietarios italianos a flor de píe -¡Fernández Galiano, qué buen editor serías si tuvieras un Director!- el día menos pensado cierran a capón VEO TV, tras fracasar en su intento de competir con la extrema y Intereconomía del “Gatopardo”, y todo ello después de llevar al mayor de los fracasos a la COPE de Buruaga. Un multi empleado y mal locutor que para colmo es ágrafo y se empeña en escribir tonterías los sábados en El Mundo. En realidad Pedro J. es el culpable de todo el enredo audiovisual porque él jugó a la extrema derecha contra Gallardón y el PP de Rajoy en los tiempos enloquecidos de Jiménez Losantos en la COPE, pero cuando los obispos echaron al mandril, los de Intereconomía cogieron ese sitio y subieron el nivel de la bronca y de la provocación, mientras el mandril Losantos se hundía en su propia salsa, y en el multimedia que le había “facilitado”, la lideresa Esperanza Aguirre –-que está muy deteriorada físicamente hablando (el reflejo del alma)- a cambio de apoyarla en el que fue su intento de golpe de mano en el PP contra Rajoy –tras las elecciones generales de 2008-, un golpe que se cocinó en la dirección de El Mundo.
Y el día menos pensado veremos, al financiero fundador de El Mundo, ex presidiario y ex banquero, Mario Conde liderando una lista electoral con todos los gatos pardos en la papeleta electoral, a ver si refundan la Alianza Nacional de Fraga y sus siete magníficos, del inicio de la transición, pero por la vía del esperpento nacional.
Están tan desconcertados en Unedisa y El Mundo -desde donde se atacan las revelaciones exclusivas de Wikileaks (sic)- que el propio Pedro J. no se ha percatado de la infame campaña que los de Tele5 (los berlusconianos) están montando contra él reactivando el famoso vídeo sexual, una y otra vez, con la excusa del fichaje estelar del golfo de Rodríguez Menéndez, al que los guionistas de Telecinco acabarán por casar con Belén Esteban, la “princesa de los cuernos” según el pintoresco abogado. Un pájaro al que Pedro J. le da pábulo y credibilidad en las páginas de su diario para volver con la intriga política del vídeo sexual que penosamente lláman “montaje”, en vez de rodaje criminal. Pero, Pedro, ¿no te das cuenta de que les estás haciendo el juego para hablar una y otra vez del famoso vídeo? Nada, no se enteran.
En Andalucía el grupo editorial de los Joly, cuando no están a palos entre ellos es porque tienen el agua al cuello. El Grupo Z más de lo mismo y con la pérdida del gobierno de Montilla que los protegía, lo que hace que Godó se frote las manos con Artur Mas. Y los editores constructores de las dos Castillas -Méndez Pozo y El Sordo y Díaz de Mera-, dispuestos a cerrar cabeceras cuando pasen las elecciones autonómicas y municipales porque estos listos y falsos editores del ladrillo lo que buscaban eran influencias políticas para su negocio de la construcción, y como la construcción se ha hundido ¿para qué quieren unos diarios ruinosos?
Menudo panorama editorial español. Y luego, claro, los grandes editores pidiendo ayudas de todo orden al Gobierno que no está para regalos y que sabe muy bien que estos poderosos señores ya no lo son tanto. Primero por lo que deben, segundo por lo que pierden, y tercero porque el poder y la influencia, y el futuro se está escapando por internet, mientras ellos están atrapados en ruinosos negocios audiovisuales y en la “cárcel de papel”.
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