Presidente de la Diputación de Almería
Uno no siente que llega la Navidad hasta que no pasa un buen rato entre personas que lo quieren: amigos, compañeros del trabajo y, por supuesto, la familia. En mi caso, como presidente de la Diputación, me doy cuenta de que la Navidad empieza, además, cuando aparece en la agenda la comida que todos los años celebramos en la Residencia Asistida, un encuentro en el que los residentes invitan a sus familias al centro para sentarse todos juntos a la mesa.
Pero este año mi visita a la Residencia estaba dotada de una mayor carga emotiva, tras las injuriosas acusaciones de las que he sido objeto por parte del Partido Popular en relación a la situación en la que viven los residentes. Nada más llegar me encontré con Jesús, ilusionado con la posibilidad de tomar una copita de vino, aprovechando la alegría de la fiesta.
No sé si finalmente lograría su propósito pues, como podrán imaginar, la dieta de estas personas está sometida a un estricto control médico. Al fondo del pasillo estaban Toñi y Rogelio, los peluqueros de la Residencia, aquéllos que supuestamente había contratado yo mismo para que me cortaran el pelo, que salieron al paso para expresarme su afecto e indignación ante tales acusaciones. "Quien haya dicho eso no sabe lo que es una residencia de mayores, porque estas personas no pueden salir a la calle ni para cortarse el pelo y la imagen deben mantenerlas siempre por conservar su identidad y autoestima", me comentaban. Y qué alegría encontrarme con mis incondicionales Maruja y Joaquín, dos personas entrañables con las que me unen estrechísimos lazos de afecto, que llevan internos más de 20 años.
Ya en el salón tuve la oportunidad de saludar a todos los residentes y a sus hijos, a sus sobrinos, a sus nietos y les puedo asegurar que en el rostro de ninguno de ellos pude encontrar el menor atisbo de insatisfacción, más bien al contrario: saben que es el mejor lugar donde podrían estar, pues reciben una atención inmejorable. De hecho, la Residencia Asistida constituye el buque insignia de las políticas sociales de esta Diputación, un ejemplo a seguir por la excelente calidad profesional y humana de quienes en ella trabajan, con los que tuve ocasión de brindar por la Navidad, muchos de los cuales también se han sentido ofendidos por esta artificial controversia creada a raíz de mi nombramiento como candidato del PSOE a la Alcaldía de Almería.
A todos ellos mi agradecimiento personal y mi más sincero reconocimiento por el trabajo que realizan para conseguir que estas personas vivan esta etapa de sus vidas también como una de las más felices. Feliz Navidad a todos.
Pero este año mi visita a la Residencia estaba dotada de una mayor carga emotiva, tras las injuriosas acusaciones de las que he sido objeto por parte del Partido Popular en relación a la situación en la que viven los residentes. Nada más llegar me encontré con Jesús, ilusionado con la posibilidad de tomar una copita de vino, aprovechando la alegría de la fiesta.
No sé si finalmente lograría su propósito pues, como podrán imaginar, la dieta de estas personas está sometida a un estricto control médico. Al fondo del pasillo estaban Toñi y Rogelio, los peluqueros de la Residencia, aquéllos que supuestamente había contratado yo mismo para que me cortaran el pelo, que salieron al paso para expresarme su afecto e indignación ante tales acusaciones. "Quien haya dicho eso no sabe lo que es una residencia de mayores, porque estas personas no pueden salir a la calle ni para cortarse el pelo y la imagen deben mantenerlas siempre por conservar su identidad y autoestima", me comentaban. Y qué alegría encontrarme con mis incondicionales Maruja y Joaquín, dos personas entrañables con las que me unen estrechísimos lazos de afecto, que llevan internos más de 20 años.
Ya en el salón tuve la oportunidad de saludar a todos los residentes y a sus hijos, a sus sobrinos, a sus nietos y les puedo asegurar que en el rostro de ninguno de ellos pude encontrar el menor atisbo de insatisfacción, más bien al contrario: saben que es el mejor lugar donde podrían estar, pues reciben una atención inmejorable. De hecho, la Residencia Asistida constituye el buque insignia de las políticas sociales de esta Diputación, un ejemplo a seguir por la excelente calidad profesional y humana de quienes en ella trabajan, con los que tuve ocasión de brindar por la Navidad, muchos de los cuales también se han sentido ofendidos por esta artificial controversia creada a raíz de mi nombramiento como candidato del PSOE a la Alcaldía de Almería.
A todos ellos mi agradecimiento personal y mi más sincero reconocimiento por el trabajo que realizan para conseguir que estas personas vivan esta etapa de sus vidas también como una de las más felices. Feliz Navidad a todos.
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