Periodista
De entre todo el capítulo de recortes, desasistencias y abandonos que nuestro pródigo y derrochador gobierno está teniendo que adoptar ahora a toda prisa, nadie ha dicho una palabra sobre el mantenimiento y disfrute de los numerosos puentes vacacionales que nos montamos a lo largo del año.
Ya sé que esto que digo resulta impopular e incluso ridículo, si por ejemplo me está leyendo en la confortable casita rural en la que pasa estos días, mientras unos troncos crepitan en la chimenea y la estancia huele a merienda y tarjeta de crédito. Ahora bien, por muy confortable que esté en este momento, ya me dirá usted si es sostenible que un país con nuestra situación económica sea precisamente en el que más paréntesis laborales artificiales se generen. Y no me hable ahora de la inmaculada Constitución y de la importancia de festejarla como es debido. A la gente le dan igual los motivos de la holganza con tal de poder llevarla a cabo.
Permítanme que vuelva al escenario de mi último soponcio deportivo y, tal como decía la prensa forofa culé, nos demos un baño de realidad y nos bajemos de la nube. Los que piensen que el personal está pendiente de la situación sociopolítica de Almería o España, va de culo. Y es que el otro día, en un establecimiento céntrico, escuché a dos señoras de esas que podríamos catalogar como “de buena pinta y de Almería de toda la vida”, hablando de sus planes para este puente. “¿Te vas de puente?”, preguntaba una. “¿Ah, lo de Andalucía y la Purísima”? comentó la otra. Ya ven que no todo el mundo maneja con precisión cartesiana los mismos argumentos y las urgencias que nosotros, los que nos dedicamos a la cosa informativa, pensamos.
Es decir, que no sólo no perdonamos un puente, sino que ni tan siquiera sabemos o nos importan las razones por las cuales nos vamos a tomar unos días libres. Y cuando acabe el puente, ya pensaremos si podemos enlazar unos días en Navidad.
Conclusión: el mes de diciembre, con la que está cayendo, es un mes completamente improductivo. No tenemos remedio. Ya me dirá usted si es sostenible que un país con nuestra situación económica sea precisamente en el que más paréntesis laborales artificiales se generen.
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