Macarena Ruiz Esquinas
Mi estancia en Macael hizo que continuara escribiendo poesía. Humildes palabras de José Luis Rey, al finalizar el ciclo poético 2010 que organiza la Fundación Unicaja con el fin de fomentar la lectura, la imaginación y la creatividad en los almerienses. Gran admirador del que fue premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez y de sus obras como Dios deseado y deseante, como así también de Rubén Darío, Emily Elizabeth Dickinson, Antonio Machado, Federico García Lorca y, sobre todo, de los poetas de la generación del 27, ayer tuvimos la oportunidad de contar con la presencia de un magnífico poeta vanguardista.
Dentro de su larga trayectoria como escritor, traductor y profesor, José Luis Rey acumula un rico bagaje literario como poeta, ensayista y traductor, que le ha permitido sacar a la luz pública toda su imaginación puesta en el arte de escribir poesía y ensayo.
Entre las menciones de honor recibidas figuran los siguientes premios: Premio de Traducción de Poesía Inglesa de la Universidad de Extremadura 1993, el accésit del Premio Adonais 1996 y Premio Andalucía de la Crítica a la Opera Prima 1997, Premio Internacional Gerardo Diego por Caligrafía del fuego: la poesía de Gimferrer (1962-2001) en 2005, el Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma 2006, y el XXII Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe con su libro Barroco, en 2009.
Entre los poemas que figuran en su obra Barroco, los más destacados fueron un poema dedicado a las modelos de los escaparates de El Corte Inglés, el poema a los Maestros Cantores, otro poema inspirado en la canción de los Beatles Penny Lane, donde nos habla de la soledad, y otro poema dedicado a la muerte, entre otras hermosas poesías.
El recital no sólo estuvo cargado de discursos intelectuales que elogiaban a José Luis, acerca de su biografía, su trayectoria artística, académica y profesional, su paso por Macael, sus premios, sus motivaciones, no, no todo se quedó en buenas palabras dedicadas a él. El tiempo más interesante lo puso el mismo poeta, cuando dio paso a la lectura de sus poemas, un timbre de voz grave y penetrante salió de él, como si de un músico de tesitura de bajo se tratara, exaltado en algunas estrofas, profundo en versos apasionados, sereno en palabras que repetían las emociones que vivió al escribir en ese momento. Dejó claro que José Luis es un poeta puro y a la vez un hombre apasionado, amante de la palabra y la belleza y fiel amigo de la imaginación y la realidad.
Su maestra de Literatura de C. O. U, sentada en el aula de poesía, lo escuchaba con respeto y admiración y orgullosa de ver cómo uno de sus alumnos se ha convertido en un elocuente y magnífico escritor. Y una de entre sus muchas reflexiones es que para ser poeta hay que correr riesgos y dejarse llevar... y partir de lo cotidiano, de lo real y enriquecerlo a la vez con la imaginación.
Esta relevancia que se le da al poder creativo de la imaginación, pocas personas la exaltan tanto, se centran más en sus vivencias, en la realidad. Escritoras como J. K. Rowling en todos sus discursos y allá donde va habla mucho de ella, y cómo su imaginación le llevó a conocer a Harry Potter. Michael Ende, más claro que lo dijo en su obra La Historia Interminable, no se pudo decir.
José Luis Rey, a pesar de ser un hombre joven, continuará dando guerra con su universo creativo y mágico dedicado a la poesía o... a donde su imaginación le lleve.
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