Macarena Ruiz Esquinas
Cuando hablamos de banderines, ¿qué se nos viene a la cabeza? Fiestas, toros. Pero en este caso en especial tiene otra connotación, los banderines del Zaguán son principalmente una idea muy original, que nace del artista y escritor Antonio García Fernández, autor de la obra literaria La Eterna Promesa, de la editorial almeriense El Gaviero y de todos los artistas que enriquecen y participan en ella.
Cada quince días, los martes y a la diez de la noche, artistas de gran proyección en el mundo de las artes y de otras disciplinas -educación, comunicación…- se reúnen en el pub Zaguán para recitar sus poemas, acompañar musicalmente al artista y a la vez se proyectan imágenes, que trasladan al público a otros mundos, mundos que tienen como hilo conductor la poesía y las emociones.
Y no es fácil saber recitar poesía. La poesía es muy emotiva, personal y subjetiva en cada uno de nosotros. Porque cuando uno se sienta y dice: voy a escribir un poema, en realidad se está desnudando y es como si abriera la puerta de su corazón al mundo y lo dejara plasmado en un trozo de papel. Y sólo ha gastado un poco de tinta y papel, pero las palabras que están ahí escritas, están hechas de emociones y de sentimientos que nos hacen liberar todo lo que llevamos dormido en nuestro interior. Esa libertad es la sensación que se consigue con la poesía, ser auténtico/a, libre y más feliz. Más tarde se le dará forma y se pulirá el poema, que ya cuesta trabajo. Sin embargo, cuando llega el momento de recitarlo es un tiempo sublime para el creador y para el espectador una visión poética distinta, con un estilo único, mágico y especial.
Los banderines del Zaguán son representantes e innovadores de las artes. Y en sus diferentes visiones de la vida, cada poeta en su estelar actuación demuestra su pasión por la poesía y le confiesa su amor.
El pasado martes fue un día muy emotivo para los banderines, ya que volvían a tener a su admirado y querido Antonio García, que volvía de Francia, donde trabaja como profesor. Antonio abrió la fiesta navideña, en colaboración con el resto de banderines como el atractivo Julio Béjar, el elegante Andrés Alterio, el simpático y natural Javier Gutiérrez López … Porque sí que es verdad, que los banderines de feos/as no tienen nada; aparte de talento y sensibilidad artística, son muy llamativos/as. Hubo música, imágenes y grandes poemas dedicados a la Navidad y lo mejor es que todos/as disfrutaron un montón y una vez más le hicieron el amor a la poesía.
Si sientes la necesidad de comunicar al mundo tu creaciones literarias, en los Open Podium que se celebran en el Zaguán, los banderines te acogerán con una gran sonrisa y quién sabe si tú no eres el próximo/a banderín estrella. El 11 de Enero continua la aventura, ¡anímate!
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