Réquiem por CNN+

Francisco Giménez Alemán
Periodista

Desde que en enero de 1999 comenzó a emitir CNN+ millares de telespectadores, seguramente una elite como tal no masiva, vimos en sus emisiones informativas sin solución de continuidad una novedosa oferta de TV a la que no pocos nos enganchamos como seguro avisador de noticias (“Está pasando, lo estás viendo”) y de programas singulares de debate y de opinión con los que se atendía a una buena parte de las audiencias cansadas de la incipiente zafiedad de los otros canales comerciales.

Estos días nos llega la noticia, dolorosa, lamentable, de que CNN+ emitirá por última vez el día de fin de año. Lo primero que llama la atención es que esta gran cadena, innovadora, rigurosa y plural, se vaya en medio de la indiferencia general, a decir por los escasos comentarios de prensa, sin que nadie levante la voz por la pérdida de un medio de comunicación imprescindible en la conformación de la opinión pública y que ha hecho un trabajo excepcional por acercar a los usuarios una visión del mundo hasta entonces inexistente en España.

He sido excepcional observador de la ejecutoria profesional de una selecta redacción de periodistas, cuyo futuro es ahora cuando menos incierto, capitaneada al principio por Francisco Basterra y actualmente por Juan Pedro Valentín, con la asistencia de periodistas de primera fila como Antonio San José, Victoria Lafora, José María Calleja, José Luis Fuentecilla, Javier Ruiz, Miguel Ángel Oliver y otros muchos que por sí solos compondrían el cuadro de honor de la profesión. Y como figura señera, Iñaqui Gabilondo, uno de los presentadores más sabios y con mejor cintura del panorama informativo español.

Una inmensa tristeza nos invade a los seguidores de CNN+ en estos momentos de sus amenes, y solo nos queda deplorar que servicios informativos de tan alto nivel y tan preciada factura desaparezcan de la noche a la mañana, porque la incuria reinante en nuestras televisiones, hoy multiplicada por la TDT, haya ido arrinconando a la que era por méritos propios la que estaba llama a ser la primera en las preferencias de las gentes informadas, cultas e incompatibles con la oferta general del espacio radioléctrico.

La reflexión que cabe hacer, mientras entonamos un réquiem por CNN+, no es otra que la que debe aplicarse a nuestra entera sociedad, maleducada en sus gustos, adormecida por programas que no resisten el menor análisis intelectual y animada por el contexto general a pasarse horas y horas contemplando las estúpidas retransmisiones sobre las cuitas de personajillos advenedizos que han hecho del relato de sus intimidades un suculento negocio alimentado por desaprensivos productores.

Es muy mala noticia, muy inquietante referencia, que millones de ciudadanos se apresten todos los días a sintonizar los canales de las mamachichos mientras sucumben por inanición ofertas televisivas de tanta enjundia y de tan grande pedagogía cívica como es el caso de CNN+, condenada al apagón definitivo en un año de tanta incertidumbre en el que retorna con fuerza el clásico pan y toros.
(Publicado en El Correo de Andalucía)

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