Juan Carlos Usero
Presidente de la Diputación y candidato del PSOE a la alcaldía de Almería
Los almerienses estamos de enhorabuena por la apertura en breve de varios centros de salud y de especialidades médicas que vendrán a dar respuesta a las necesidades sanitarias de los barrios de la Almería, bajo una rigurosa y solidaria planificación que ya hubiéramos querido para infraestructuras municipales también de gran importancia para las familias. En tiempos de crisis, la Junta de Andalucía no ha restado un ápice de inversión a un asunto tan importante para todos como es la sanidad y, como los buenos amores, lo está demostrando con obras y no con buenas razones.
En breve comenzará a funcionar el nuevo centro de salud de la Avenida del Mediterráneo, que atenderá a una población de 7.500 personas, para gran alegría de todos los vecinos, particularmente de Josefa, la presidenta de la Asociación Torrecárdenas. Este mismo mes empezarán las obras para la construcción de un nuevo centro sanitario en Piedras Redondas, atendiendo a una vieja reivindicación de los vecinos de este barrio y de Los Almendros, como Paco y el ya fallecido Pedro, quienes con tanto cariño nos han acogido siempre entre sus calles. Actualmente se tramita el proyecto para la reforma de la Casa del Mar para prestar servicio a 12.000 personas de los barrios de Pescadería y La Chanca, como ya venían pidiendo Toña, Marín y Pepillo el Barbero, de la Asociación La Traiña. Y ya han sido adjudicadas las obras para el centro de salud Vega de Acá-Nueva Almería, con capacidad para 20.000 pacientes, en una zona de gran expansión de la ciudad, donde, por cierto, tiene su residencia el alcalde. En total, servicios públicos de calidad para 46.000 personas. Eso sin contar que a lo largo del próximo año abrirá sus puertas el viejo Hospital Provincial, transformado en un moderno centro de alta resolución con 45 consultas de especialidades, unidad de radiodiagnóstico y rehabilitación, en virtud de un convenio con la Diputación, como bien sabe Juan del Águila, de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico, y que en cuestión de meses entrará en funcionamiento el segundo acelerador lineal del Hospital Torrecárdenas que reducirá notablemente la espera en tratamientos oncológicos, para gran satisfacción de mi buena amiga Juani, de la Asociación ARGAR de niños con cáncer.
En breve comenzará a funcionar el nuevo centro de salud de la Avenida del Mediterráneo, que atenderá a una población de 7.500 personas, para gran alegría de todos los vecinos, particularmente de Josefa, la presidenta de la Asociación Torrecárdenas. Este mismo mes empezarán las obras para la construcción de un nuevo centro sanitario en Piedras Redondas, atendiendo a una vieja reivindicación de los vecinos de este barrio y de Los Almendros, como Paco y el ya fallecido Pedro, quienes con tanto cariño nos han acogido siempre entre sus calles. Actualmente se tramita el proyecto para la reforma de la Casa del Mar para prestar servicio a 12.000 personas de los barrios de Pescadería y La Chanca, como ya venían pidiendo Toña, Marín y Pepillo el Barbero, de la Asociación La Traiña. Y ya han sido adjudicadas las obras para el centro de salud Vega de Acá-Nueva Almería, con capacidad para 20.000 pacientes, en una zona de gran expansión de la ciudad, donde, por cierto, tiene su residencia el alcalde. En total, servicios públicos de calidad para 46.000 personas. Eso sin contar que a lo largo del próximo año abrirá sus puertas el viejo Hospital Provincial, transformado en un moderno centro de alta resolución con 45 consultas de especialidades, unidad de radiodiagnóstico y rehabilitación, en virtud de un convenio con la Diputación, como bien sabe Juan del Águila, de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico, y que en cuestión de meses entrará en funcionamiento el segundo acelerador lineal del Hospital Torrecárdenas que reducirá notablemente la espera en tratamientos oncológicos, para gran satisfacción de mi buena amiga Juani, de la Asociación ARGAR de niños con cáncer.
Con este decidido impulso a las infraestructuras sanitarias de la ciudad, la Junta de Andalucía no sólo ha demostrado su gran capacidad de gestión y su sensibilidad hacia las necesidades de Almería, sino que ha hecho evidente su claridad de visión a la hora de planificar la expansión de la red sanitaria por todos los barrios de la ciudad. Porque hacer ciudad no es invertir de forma más o menos acertada sino definir las estrategias de futuro que más convienen a la sociedad, determinar las necesidades de la población y adelantarse a sus demandas.
Ojalá la ciudad hubiera contado con un Plan Estratégico de Actuación antes de recibir la ingente suma de dinero procedente de la venta de los terrenos del Toyo, pues con esos 300 millones de euros podríamos haber transformado verdaderamente Almería, empezando por nuestros barrios, y terminando con determinadas actuaciones emblemáticas que hubieran dinamizado su economía, como la recuperación del casco histórico y el entorno de la Alcazaba con todo lo que ello hubiera supuesto para impulsar el turismo y el comercio. Pero aún estamos a tiempo. Es urgente crear un Observatorio de la Ciudad para conocer los indicadores de actividad económica, crear el Consejo Social de la Ciudad para activar la participación ciudadana, lo que nos llevará a elaborar un Plan de Dinamización Económica y Social, realizar estudios sectoriales sobre nuevos motores de actividad económica en colaboración con los colectivos profesiones y sociales de la ciudad, implantar medidas de activación económica, de impulso del empleo, medidas para mejorar la organización municipal, de apoyo a la construcción y obra pública, de impulso a la vivienda protegida y medidas de implantación de la movilidad sostenible. Y si este equipo de gobierno municipal no lo hace alguien lo tendrá que hacer porque los almerienses quieren una ciudad donde todos los barrios avancen en igualdad y que ofrezca oportunidades de empleo a los trabajadores.
Ojalá la ciudad hubiera contado con un Plan Estratégico de Actuación antes de recibir la ingente suma de dinero procedente de la venta de los terrenos del Toyo, pues con esos 300 millones de euros podríamos haber transformado verdaderamente Almería, empezando por nuestros barrios, y terminando con determinadas actuaciones emblemáticas que hubieran dinamizado su economía, como la recuperación del casco histórico y el entorno de la Alcazaba con todo lo que ello hubiera supuesto para impulsar el turismo y el comercio. Pero aún estamos a tiempo. Es urgente crear un Observatorio de la Ciudad para conocer los indicadores de actividad económica, crear el Consejo Social de la Ciudad para activar la participación ciudadana, lo que nos llevará a elaborar un Plan de Dinamización Económica y Social, realizar estudios sectoriales sobre nuevos motores de actividad económica en colaboración con los colectivos profesiones y sociales de la ciudad, implantar medidas de activación económica, de impulso del empleo, medidas para mejorar la organización municipal, de apoyo a la construcción y obra pública, de impulso a la vivienda protegida y medidas de implantación de la movilidad sostenible. Y si este equipo de gobierno municipal no lo hace alguien lo tendrá que hacer porque los almerienses quieren una ciudad donde todos los barrios avancen en igualdad y que ofrezca oportunidades de empleo a los trabajadores.
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