José Fernández
Periodista
Todos los futbolistas insisten en la capacidad real de estímulo que tiene una grada repleta y en la influencia determinante que para el resultado de algunos partidos ha tenido el peso de la afición. Por eso no terminan de entenderse bien las quejas del presidente del club cuando se lamentaba la otra noche de las numerosas butacas vacías ante el Real Madrid. ¿Es que de verdad piensa alguien en la directiva que hay muchos almerienses no abonados capaces de gastarse cerca de 150 euros por ver ese partido en una localidad razonable, si pueden verlo prácticamente gratis en el sofá de casa? Un precio más bajo habría posibilitado una grada más llena. Y una grada más llena favorece el juego del equipo. Por eso es normal que el principal abono en estos momentos sea el que se produce de modo natural al ver al Almería en puestos de descenso.
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