Luis J. Pasamar
Comentarista político
Cuando parecía que el PP, tras su reunión triunfal en Sevilla, se unía a las tesis que el Gobierno y el PSOE vienen manteniendo sobre la necesidad de unión, mantenimiento de la confianza y generación de expectativas, viene el señor Arenas y nos da otra.
Aunque saben que esos principios son ciertos, en cuanto se ven cerca de “tocar pelo” se les escapan las intenciones, y no están entre sus prioridades la creación de empleo, la mejora de la economía ajena, ni el mantenimiento del estado del bienestar. Lo que parece ser prioritario para el eeñor Arenas es la composición de su futuro gobierno –aquí hago una breve alusión al cuento de “La Lechera” o a vender la piel del oso antes de cazarlo, claro que esto podría entrar en la ingeniería financiera y de eso no entiendo nada- y tomar pública, notoria y judicial venganza del error que les costó unas elecciones, achacar a ETA la autoría del 11-M. Claro que esto puede tener varias lecturas, desde que el brazo a torcer sea siempre el ajeno, hasta impedir que sea un gobierno socialista el que ponga fin a ETA.
En el primer caso sería curioso que quien no ve conveniente reconocer el más mínimo derecho a las víctimas del franquismo, vea necesario que se reconozca su derecho a “mantenerla y no enmendarla”, para que la verdad no le estropee la estrategia.
Cuando hemos pasado de acercar a los presos de ese grupo de luchadores por la libertad del pueblo vasco, por supuesto, como dijo Aznar, y ceder por tanto al chantaje a cambio de una fugaz tregua, al más que probable fin de la banda asesina ETA por el acoso policial y social, no hacen más que inventar vínculos entre el gobierno que está acabando con la banda y la propia banda casi extinta. Lo siguiente será que uno de los encapuchados de los comunicados es el propio Zapatero. Al tiempo.
¿Y de los españoles, del paro y de la economía? Pues que no se preocupe nadie porque “España irá bien”.
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