Antonio Felipe Rubio
Periodista
No nos hemos resarcido aún del espectáculo propiciado por la Junta de Andalucía sobre la inseguridad jurídica por las viviendas ilegales, cuando la emprendemos con un nuevo episodio relativo a una llamativa oferta de empleo.
La mercantil Medicall Group ofrece 500 contratos de formación –que no contratos de trabajo- para optar a posibles puestos de trabajo en Alemania y otros destinos europeos. Para tal opción, la empresa gestiona logística y didáctica para aquellas personas que, a modo de matrícula, sufraguen gastos económicos en cantidad adecuada a los servicios prestados. En resumen: la empresa selecciona, forma especialidades profesionales e idiomas y, concluido el proceso, ofrece al mercado laboral potenciales puestos de trabajo con la garantía de una formación que ella misma avala. Otra cosa es que se cumplan todas las expectativas de los aspirantes, y que la demanda de empleo logre absorber toda la oferta. Sin embargo, da la impresión de un proceso racional y ordenado; motivo por el cual, la Junta de Andalucía ha disparado todas las alarmas.
De momento, la Junta ha lanzado una serie de declaraciones que, comenzando por un llamamiento a la cautela, han dirimido en “timo, fraude y estafa al estilo Spam”. Se le ha enviado una inspección de Trabajo a Medicall como “primera” medida intimidatoria, cuando previamente se han despachado, sin pruebas ni indicios racionales, con apresurados calificativos inherentes a inequívocos delitos: disparan… y luego preguntan.
Dejo claro que me parece oportuno y obligado fiscalizar, investigar y velar por los intereses de los ciudadanos en evitación de abusos y excesos de los que pudieran ser víctimas, especialmente, los sectores más desfavorecidos de la población. Pero, de ahí a criminalizar apriorísticamente con suposiciones, hay un peligroso trecho. No es de recibo lanzar estas acusaciones cuando se asegura que se está “a la espera del avance de las investigaciones”.
No sé a qué obedece la extralimitación de celo de la Junta en base a unas difusas presunciones. Ya me gustaría que mostrasen idéntica insidia en el rastro de los cientos de millones entregados a los sindicatos en concepto de “Cursos de Formación”, algunos de los cuales inexistentes; y, en todo caso, ingentes cantidades de dinero destinadas a complementar la financiación de los sindicatos mayoritarios y como precio político a la no agresión al Gobierno. Esto sí es una estafa en toda regla y con el dinero de todos los contribuyentes.
Si la oferta de Medicall resultase exitosa aquí quien sobra es la consejería de Trabajo de la Junta. De ahí, la alarma y la insidia. Tantos recursos, tanto presupuesto, tanta propaganda, tanta mamandurria… para que llegue una empresa privada y nos enseñe cómo se puede generar empleo de manera fácil, económica y eficiente. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Total, que llego a la conclusión, salvo probado criterio de criminalidad, que esto es un ataque de “cuernos”.
Nada que pudiese evidenciar un amejoramiento sustancial del sistema autárquico del régimen andaluz va a contar con las mínimas facilidades. El supuesto éxito de Medicall es una seria amenaza, y como tal así la ve la Junta. Así que leña al mono hasta que hable alemán.
La mercantil Medicall Group ofrece 500 contratos de formación –que no contratos de trabajo- para optar a posibles puestos de trabajo en Alemania y otros destinos europeos. Para tal opción, la empresa gestiona logística y didáctica para aquellas personas que, a modo de matrícula, sufraguen gastos económicos en cantidad adecuada a los servicios prestados. En resumen: la empresa selecciona, forma especialidades profesionales e idiomas y, concluido el proceso, ofrece al mercado laboral potenciales puestos de trabajo con la garantía de una formación que ella misma avala. Otra cosa es que se cumplan todas las expectativas de los aspirantes, y que la demanda de empleo logre absorber toda la oferta. Sin embargo, da la impresión de un proceso racional y ordenado; motivo por el cual, la Junta de Andalucía ha disparado todas las alarmas.
De momento, la Junta ha lanzado una serie de declaraciones que, comenzando por un llamamiento a la cautela, han dirimido en “timo, fraude y estafa al estilo Spam”. Se le ha enviado una inspección de Trabajo a Medicall como “primera” medida intimidatoria, cuando previamente se han despachado, sin pruebas ni indicios racionales, con apresurados calificativos inherentes a inequívocos delitos: disparan… y luego preguntan.
Dejo claro que me parece oportuno y obligado fiscalizar, investigar y velar por los intereses de los ciudadanos en evitación de abusos y excesos de los que pudieran ser víctimas, especialmente, los sectores más desfavorecidos de la población. Pero, de ahí a criminalizar apriorísticamente con suposiciones, hay un peligroso trecho. No es de recibo lanzar estas acusaciones cuando se asegura que se está “a la espera del avance de las investigaciones”.
No sé a qué obedece la extralimitación de celo de la Junta en base a unas difusas presunciones. Ya me gustaría que mostrasen idéntica insidia en el rastro de los cientos de millones entregados a los sindicatos en concepto de “Cursos de Formación”, algunos de los cuales inexistentes; y, en todo caso, ingentes cantidades de dinero destinadas a complementar la financiación de los sindicatos mayoritarios y como precio político a la no agresión al Gobierno. Esto sí es una estafa en toda regla y con el dinero de todos los contribuyentes.
Si la oferta de Medicall resultase exitosa aquí quien sobra es la consejería de Trabajo de la Junta. De ahí, la alarma y la insidia. Tantos recursos, tanto presupuesto, tanta propaganda, tanta mamandurria… para que llegue una empresa privada y nos enseñe cómo se puede generar empleo de manera fácil, económica y eficiente. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Total, que llego a la conclusión, salvo probado criterio de criminalidad, que esto es un ataque de “cuernos”.
Nada que pudiese evidenciar un amejoramiento sustancial del sistema autárquico del régimen andaluz va a contar con las mínimas facilidades. El supuesto éxito de Medicall es una seria amenaza, y como tal así la ve la Junta. Así que leña al mono hasta que hable alemán.
(Publicado en noticiasdealmeria.com)
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