The box

Macarena Ruiz Esquinas
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo (Oscar Wilde).
¿Quién escucha hoy día? O mejor dicho, ¿qué se entiende por escuchar? Lo podemos definir como prestar atención a lo que se oye. Genial, bueno, ¿esto quién lo hace? Porque cuesta trabajo encontrar, por no decir que casi nadie escucha a nadie, si no es por alguna necesidad concreta, si necesitamos de los servicios de alguien o algo, y siempre por alguna razón, no es por amor al arte.
Viene la era de internet, y comenzamos a comprar  máquinas de última tecnología y resulta que es la era de acceso a la información, pero de comunicación hay realmente poco, por no decir nada. Pero sí un empacho de información que ha sido manipulada para que el público se entere de lo que ellos quieren, como siempre ha hecho la televisión, por ejemplo.
Una de las ventajas es que la gente puede exponer su visión de la vida y puede ser leído. Es decir, se puede crear un blog, o una página web, y decir: “aquí estoy yo, esto es lo que hago y estos son mis servicios, no es algo abstracto, es algo real (en el caso de no mentir)”. Nos hace ahorrar tiempo en el momento que pensamos, quiero saber….de cualquier temática y compartir con personas información.
Buscar trabajo a través de internet es real, se puede encontrar, buscar estudios.., también, pero amistad y amor es totalmente falso (yo no me lo creo). ¿A cuántos chats hemos entrado y han preguntado: ¿cuáles son tus medidas?, ¿quedamos para echar un polvo?. Antes, la caja tonta era la televisión, ahora la caja perversa es internet… Pero todo es funcional cuando se hace un buen uso. Porque cuando no te queda más remedio que utilizarlo, lo utilizas… Mira, que tengo que mandar un e-mail al profesor, o al jefe, o que me tengo que meter en Facebook, para hacer publicidad de la empresa…., se hace y ya está. O que tengo que ponerme en contacto con un amigo y no voy a llamar por teléfono para que me cueste un pastón, tampoco eso.
El mismo Facebook o Gmail, te permiten mandar esa información, no es malo escribir cartas, pero es más rápido y tampoco se puede negar a la humanidad la comodidad de hacer lo mismo, de manera más económica, rápida y sin la molestia de tener que ver a alguien cara a cara y darle explicaciones. Uno de los grandes avances de internet, que ahora nos podemos ahorrar las explicaciones y las excusas,  dinero, ahorrar en gastar nuestra voz, en viajes, ahorrar en papel y tinta, el futuro será todo virtual y por internet y como ya ha llegado ese futuro… ¿ahora, habrá que inventarse otra caja que nos facilite más la vida?
En realidad el mundo es como una caja, la caja donde dormimos, recién nacidos (la cuna), la supercaja donde vivimos (la casa), la caja andante (el coche), la caja con la que nos vamos al otro mundo, las grandes cajas que nos venden más cajas (las empresas). Todo va envasado en una caja, estamos encajados… miremos, por donde miremos. El mundo debería cambiar la caja, por la naturaleza que nos rodea… Para qué queremos tantas cajas? Aunque, como Oscar Wilde pensamos la mayoría de la gente cuando dijo: “Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor”.

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