Javier Menezo
Secretario de Empleo del PSOE de Almería
Comienza un nuevo año y, por todas partes, se repite el rito de la predicción. Si analizamos las de que hace un año hicieron desde el Gobierno al FMI o Servicios de Estudios vemos que para llegar a acertar fue necesario ir cambiándolas casi cada 15 días. En general las previsiones relativas al crecimiento del PIB y el final de la recesión fallaron por pesimistas. En la tasa de paro ocurrió al revés, los pesimistas acertaron.
Para no tener que corregirme mañana, prefiero hablar de cómo veo la situación hoy, comenzando por lo malo. Al acabar 2010 el nivel de empleo en nuestra provincia ha regresado a niveles algo superiores a los de agosto de 2005, 253.414 personas, y aunque es cierto que el total de personas con empleo es superior en un 9% a los que había cuando el PSOE ganó las elecciones, también es verdad que los tres años de crisis se han llevado por delante 24.500 puestos de trabajo, con el sector de la construcción y los trabajadores autónomos, 6.500 menos, como los más perjudicados.
El aumento del desempleo ha sido mayor, cerca de 38.000 personas, porque a la perdida de empleos se ha sumado el incremento procedente de las nuevas incorporaciones al mercado laboral. En la última década nuestra provincia ha sido una de las mayor aumento de la población en general y de la población en edad de trabajar en particular debido a los flujos migratorios que contribuyeron al desarrollo agrícola y de la construcción y ello provocó que cada año de los últimos quince se cerrara con más parados que el año anterior.
La otra causa de ese aumento tiene su origen en la gran incorporación de mujeres al mercado laboral, muchas no de forma voluntaria sino empujadas por la situación económica. En el último trimestre de 2008, ante la perdida del sueldo principal del hogar o el temor a perderlo –normalmente el de un hombre que trabajaba en la construcción- más de 24.000 mujeres, hasta entonces clasificadas como inactivas, salieron al mercado laboral y muchas encontraron empleo. Quizás ese empleo fue más precario, pero junto con la amplía protección por desempleo de la que siempre ha gozado nuestra provincia, contribuyó al sostenimiento de los hogares y a amortiguar la caída del consumo.
Hasta aquí las malas noticias, porque también empieza a verse aunque de forma lenta la recuperación del empleo. Desde la primavera de 2009, cuando el paro aumentó un 73% respecto al año anterior, la tasa de crecimiento del número de parados registrados en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo de nuestra provincia comenzó a descender hasta situarse en diciembre en el 11 %. En los últimos 8 años sólo 2006 terminó con un crecimiento del paro inferior al actual. Tenemos más datos que invitan a pensar que el paro ha tocado fondo en nuestra provincia: el empleo lleva 4 meses creciendo y el paro 3 descendiendo lo que se traducirá, probablemente, en que cuando conozcamos la tasa de paro del último trimestre, la almeriense sea la menor de Andalucía.
Otro indicador positivo es el dato del paro en construcción. En 2010 el único sector en el que bajó el paro, que tras ser el más importante foco de desempleo en 2008 y 2009, ve reducirse el paro en 150 personas. La construcción es un indicador adelantado de las crisis y de la recuperación, lo fue de la crisis en octubre de 2007 y parece serlo ahora de la recuperación, indicando que el ajuste en este sector ha finalizado, aunque vistos los datos de visados de vivienda nueva, hipotecas y compraventa de vivienda, creo que la reactivación será aún débil en 2011 y más vinculada a obra pública y rehabilitación que a nuevas edificaciones.
En resumen, la recesión ha terminado pero la crisis no y ésta no finalizará hasta que se recupere un ritmo de creación de empleo lo suficientemente importante para ir absorbiendo a los nuevos demandantes y a los actuales desempleados y todo ello no parece que vaya a ocurrir hasta el segundo semestre del año.
A acelerarlo contribuirá el proceso de reformas iniciado por nuestro país. En este sentido, el anuncio de un calendario concreto y estricto en el que se materialicen los compromisos adquiridos, tal y como acaba de hacer el Gobierno, es la forma más apropiada de actuar. Y en nuestra provincia, además, debemos seguir intensificando la internacionalización de nuestros productos, porque será el sector exterior el que tire de nosotros y nos vuelva a convertir en la locomotora económica de Andalucía.
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