El Estado autonómico

Antonio Martínez Rodríguez
Vicesecretario Gral. Juventudes Socialistas de Almería.

Han pasado más de treinta años desde la aprobación de la Constitución Española, a través de la cual nos dimos un modelo de organización político-territorial cimentado en el modelo autonómico. Algunos hemos estado siempre en el mismo sitio, otros, en cambio, van dando bandazos dependiendo por donde soplen los vientos electorales y sin una posición seria en esta materia vital para el futuro de España.

La percepción general es que el Estado autonómico ha sido un rotundo éxito, se mire por donde se mire. Fruto del espíritu de progreso que nos caracteriza a los socialistas, vamos más allá y nos proponemos nuevos avances y reformas para la mejora del funcionamiento de este modelo. La reforma del Senado para que se convierta en una verdadera cámara de representación territorial; o la importancia de unas eficaces relaciones intergubernamentales, donde las autonomías tengan una verdadera capacidad de decisión a nivel estatal y europeo, son algunas de ellas. Todo esto, desde una actitud responsable de todos. No es baladí la política de confrontación entre gobiernos de distinto nivel por interés electoral. Esto ha de ser superado.

Debo hacer un inciso con el tema de Europa. Es cierto que a lo largo de la historia ha sido decepcionante la posición de los distintos gobiernos españoles por la negativa a la participación autonómica en el proceso de toma de decisiones de la Unión Europea y que afectaban en primera persona a las autonomías, pero lo que también es cierto, es que ha sido el gobierno Zapatero el primero en permitir la presencia de representantes autonómicos en las reuniones del Consejo de Ministros de la Unión Europea.

En contra, las tesis de la derecha, donde las propuestas son la merma de este modelo, retroceder treinta años e ir a procesos jacobinos que no son propios de nuestra cultura política democrática. Todo ello, basando su argumentación en algo que viene siendo habitual: la crisis. No se entiende esta postura desde una óptica responsable, y sí esconde una convicción ideológica que reniega de la diversidad y la pluralidad española; que, por otro lado, ocasionaría graves problemas para afrontar la cuestión vasca, no fortaleciendo el proyecto de unidad que compartimos los “constitucionalistas”.

No sabemos qué opina Arenas como candidato a Presidente de la Junta de Andalucía, aunque parece claro que, como responsable de política autonómica del PP, comparte las tesis centralistas que vuelven a demostrarnos que la principal baza electoral de la derecha es el populismo y el oportunismo y no las ideas ni el sentido de Estado.

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