El problema de La Cañada de Las Norias

Laura R. Carretero
Candidata de UPD a la Alcaldía de Almería

No soy una experta en estos temas, pero me parece que dar “sopa con hondas” a los ciudadanos, sean o no agricultores, es una despreciable manera de hacer política. Por este motivo me sentí consternada cuando en la comparecencia de la Directora General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Marta Moren, y del Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, y a pesar de la enorme pancarta en la que se podía ver que se iba a hacer un túnel, me entero de que lo que se va a hacer es “estudiar la solución”; eso sí, esta tendrá en cuenta tres factores: la seguridad, la oportunidad ecológica del paraje y el desarrollo social y económico.

Entiendo que la primera se refiere a que es seguro que a los agricultores les llega el agua a sus invernaderos y pronto a sus casas; la segunda, a que es una oportunidad ecológica el que las fochas aniden en lo que eran antes invernaderos que producían tomates y calabacinos, y la tercera, que el desarrollo social y económico… pues eso, que queda bien decir todas estas cosas cuando llevamos tres años diciendo que viene el lobo y el lobo ha llegado.

El otro día estos políticos firmaban el convenio para comenzar a estudiar el problema, mañana son los agricultores los que salen a la calle para indicar que no es tiempo sino de soluciones y rápidas. Lejos quedan ya los 80 millones del túnel de evacuación, o los 50 que después alguien del partido socialista gritó. Lejos está ya la desaladora preestudiada por Acuamed hace años en 6 millones de euros, y ni qué decir tiene que la solución de bombear para llenar las balsas de Sol y Arena tampoco (aunque se dejó de realizar, vertiendo el agua en una rambla casi en la vertical de la balsa, con lo que el agua que sacábamos la volvíamos a verter en la misma cuenca volviendo por percolación a la balsa); y ni tan siquiera la solución que desde UPD hemos venido propugnando y que consistiría en primera fase colocación de cuatro bombas de gran volumen (más de 500 o 600 l/s/und) y poca presión (al fin y al cabo solo tenemos que elevar el agua desde la cota 20 a la cota 40) y una tubería de diámetro 200 con 6,5 Km. de longitud (2-3 millones de inversión), y una segunda fase para colocar la famosa desaladora y llevar la tubería hasta el mar para convertirla en un salmuero ducto (7-8 millones).

Hoy toca mirar cómo evitar que el agua entre en las casas y cómo indemnizar a los agricultores que lo están perdiendo todo. En cualquier caso y después de oídas las acusaciones de negligentes, electoralistas y demagogos, solo me pregunto qué es más grave, que el Partido Popular se haga el exceptivo o que el Partido Socialista se haga el irresponsable; o viceversa.

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