Eugenio Gonzálvez
Alcalde de Gádor y Senador
El Gobierno de Rodríguez Zapatero está demostrando una falta de sensibilidad absoluta con el más de un millón de familias que están padeciendo a través del paro y de la falta de recursos la crisis económica que azota, especialmente, España. Y es que parece que el presidente se olvida a la hora de subir los impuestos y tarifas que en España casi el 20 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, que hay cuatro millones de parados y que nuestra economía sigue retrocediendo. Quizás sea por este motivo por el que va a dar este ‘rejonazo’ a los españoles subiendo la tarifa de la luz, el agua, los billetes de tren y manteniendo el alza de impuestos que realizaron en junio.
Con estas previsiones no es de extrañar que Zapatero se haya escondido en su madriguera, puesto que va a lograr que España se consolide como uno de los países de la Unión Europea donde más cara se paga la electricidad. Y es que el Gobierno va a imponer a los hogares en el próximo año una subida, histórica y sin precedentes desde hace 27 años, de nada menos que del 9,8% en el recibo de la luz. Un incremento que van a sufrir 17 millones de usuarios (entre familias y pymes) de los 27 millones con los que cuentan las eléctricas.
Para tratar de quitarle ‘hierro’ al asunto y reducir el impacto de esta subida, el Gabinete de Zapatero la ha traducido a euros sin resistirse, una vez más, a la tentación de volver a engañar a los españoles. Y lo digo así, porque nadie puede creerse que en una casa en la que tengan cocina eléctrica y electrodomésticos como son la lavadora, el televisor o el lavavajillas su factura eléctrica sólo vaya a subir 4,27 euros al mes o alrededor de 50 euros al año. Esos cálculos corresponden a las viviendas que sólo utilizan electricidad para dar energía a tres o cuatro bombillas de bajo consumo…
Pero ojalá esta fuera la única subida que tengan que soportar los españoles este 2011. También un total de 6,5 millones de consumidores tendrán que pagar entre un 3,9 % y un 4,25 % más por el consumo de gas. Y es que, al igual en el caso de la luz, el Gobierno ha subido las tarifas de último recurso que son las únicas que regula, cuando por motivos más que evidentes las podría haber congelado.
Pero tampoco la movilidad y el transporte mantendrán sus tarifas. Y es que ya sea mediante transporte público o en vehículos privados, los españoles tendrán que pagar más por sus desplazamientos. Efectivamente, por un lado aquellos que utilicen sus coches o el autobús tendrán que soportar las subidas de la gasolina o de los billetes. Pero los que utilicen el tren como medio de transporte habitual no se van a librar de pagar un 2,3 % más si viajan en AVE y un 3,1 % más si lo hacen en Cercanías o Media Distancia.
Zapatero debería de estar, ahora más cerca que nunca, de los españoles y ver más allá de lo que ocurren en los jardines de la Moncloa, puesto que desde ahí no se ve la tragedia que en este 2011 no sólo van tener que ver como todos sus miembros siguen en paro, sino que encima tendrán que ver mermado su poder adquisitivo por la subida de las tarifas e impuestos. Sin embargo, cada vez está más lejos. Por eso, sólo me queda desear a los españoles prosperidad para el próximo año y que los Reyes Magos vengan cargados de trabajo para los cuatro millones de parados.
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