Emigrantes

José Fernández

Periodista

Cambiarán las formas y ya no habrá despedidas en los andenes con maletas de cartón, ni tampoco ribetes psicopáticos como los que anunciaba Juanito Valderrama queriendo arrancarle los dientes a su novia para hacerse un rosario, pero volvemos a ver a jóvenes almerienses emigrando a Alemania en busca de trabajo.

El reciente anuncio de un centro de formación alemán pidiendo quinientos jóvenes de Almería para prepararse como camareros o transportistas provocó un auténtico aluvión de llamadas y correos interesándose por esta oportunidad de trabajo en el extranjero. No creo que a estas alturas nadie vea como una tragedia el hecho de trabajar fuera de tu país ahora que vivimos globalizados y casi sin fronteras, pero lo que resulta descorazonador es que los nietos de aquellos primeros emigrantes que apuntalaron marco a marco el despegue económico de nuestra provincia en los años sesenta tengan que volver a hacer el petate para buscarse la vida en Alemania. Sí, ya sé que no son situaciones comparables y que los flujos económicos actuales son diferentes a los de hace medio siglo, pero no deja de ser significativo el hecho de que hayamos vuelto a convertirnos en la primera potencia europea de exportación de desempleados.

En Andalucía son ya más de un millón de personas las que se levantan cada mañana sin tener un puesto de trabajo al que acudir. Y lo peor es que tampoco hay esperanzas: la portavoz de la Junta, Mar Moreno, acaba de decir que no hay soluciones para la crisis “ni a la derecha ni a la izquierda del PSOE.” Pues como sean ellos los encargados de solucionar esto… mejor vamos aprendiendo alemán.