Juan Torrijos
Periodista
En estos días en los que sólo se habla de Francisco Álvarez Cascos, su salida del PP y la posible creación de un partido político, me asalta una pregunta: ¿Si Cascos izara el banderín de enganche en nuestra provincia romperían sus carnet antiguos militantes del PP?
Tenemos que remontarnos al año 1990 y a un congreso regional en Sevilla para encontrarnos con el único e importante problema planteado por el entonces secretario general del partido a militantes de Almería. Se había formado en Andalucía un grupo de militantes populares que intentaban dignificar la política conservadora andaluza. La cabeza de aquel movimiento en Almería era el entonces secretario general provincial, José Luis Aguilar. El jefe de la formación crítica, por llamarle de alguna manera, era otro almeriense, Juan Diego López Bonillo, aunque vinculado por trabajo y familia a la provincia de Cádiz. Buscando en las viejas notas de aquel año, en el que acudí al congreso regional del PP con Álvaro Cruz López, mi siempre querido Pototo. Recordará éste que hicimos el viaje en todoterreno con Basilio Sáez, padre de Antonio Sáez Lozano, y que ya no se encuentra entre nosotros.
Presidía el PP de Almería Enrique Arance Soto, y costaba trabajo tomar una decisión entre su compañero Aguilar y los aprietos en que le ponía la dirección central con Cascos a la cabeza. Se sabe que fueron muchos los alcaldes de la época, entre ellos Santiago Pozo, Eugenio Gonzálvez y otros, los que recibieron presiones desde el despacho de Cascos para parar el movimiento de los éticos, tanto es así que a partir de ese congreso se produce una ruptura entre algunos de estos militantes populares que va a tardar muchos años en recuperarse.
Los datos me pueden fallar, no los guardo todos y es una pena, pero creo que el grupo de Almería con Aguilar a la cabeza estaba en más de un setenta por ciento a favor de la lista de Juan Diego López Bonillo. A José Luis no se le perdonó este desliz por parte de Cascos, que en el siguiente congreso provincial de su partido, celebrado en El Ejido, fue cambiado por Gonzalo Bermejo. Épico fue el discurso de López Bonillo, seguido desde la cabina por Cascos y Aznar. Pero era evidente que la victoria estaba muy lejos de ellos, la fuerza de Cascos, la fuerza de la dirección central se impuso a este grupo de éticos que intentaron cambiar las formas en el PP. Una cosa consiguieron y les costó lo suyo, presentar candidatura y hablar en el plenario. Cascos no lo perdonó en mucho tiempo.
No se conoce otra historia vivida en nuestra provincia y teniendo como protagonista la fuerza del gran Cascos. Si con Guerra no salías en la foto si te movías, con Cascos no le ibas a la zaga. Almería, a partir de ese año noventa, no osó llevarle la contraria a la secretaria general.
Otra historia sería volver a la pregunta del principio. Si Cascos iza banderín de enganche en Almería, ¿encontrará personal? Estoy seguro de que sí. El PP ha dejado muchos cadáveres en la acera repartidos por toda la provincia. Lo vimos cuando Juan Megino hizo lo mismo que Álvarez Cascos: "No me pones en la lista y te monto un partido". GIAL encontró gente para sus listas. Cascos tendría aún menos problemas para ello. Estaríamos, como hemos manifestado en más de una ocasión, en un intento personalista de hacer daño al partido que no te ha dado lo que creías merecer, pero que si al principio hace daño, ahí tienen lo que le ha hecho pasar Megino al PP, al final la estrella de Cascos se iría apagando, como se han apagado todos los que lo han intentado. Pero el susto a Rajoy y cía se lo puede producir, y de los gordos. Y si Megino decidiera esperar a ver lo que hace Álvarez Cascos.
(Publicado en La Voz de Almería)
(Publicado en La Voz de Almería)
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