Rebeca Gómez
Concejala de Almería por el PP
En lo que a la política se refiere, parece que el nuevo año comienza como acabó el anterior. Nuestro paisano Carlos Herrera entrevistaba el martes en Onda Cero al presidente del Gobierno, que realizó aportaciones continuistas a las preguntas sobre la crisis o su futuro político y hasta sobre las encuestas que desde hace tiempo otorgan una amplia victoria al PP en las próximas elecciones generales. Dos días antes conocíamos la encuesta de Sigma Dos para El Mundo, en la que Zapatero, que llegó a tener una valoración positiva del 92 %, hoy solo llega al 18 %.
Zapatero dijo a Carlos Herrera que espera que su sucesor tenga "la misma legitimidad" que tuvo él cuando fue elegido para dirigir el PSOE. Aunque se refiere, claro, a que sea elegido por un Congreso, puede que el término “legitimidad” no parezca el más apropiado a quienes vivieron los previos y el desenlace del 35 Congreso Federal socialista de julio de 2000, en el que un Zapatero acostumbrado a batallas intestinas por el control del partido que le llevaron a un ascenso meteórico en el PSOE de León, estaba decidido a triunfar a pesar de todo y de todos.
El joven diputado leonés, acusado por los gerristas de mantener 18 agrupaciones "fantasma" y de diversas irregularidades administrativas, se enfrentó al entonces presidente de Castilla-La Mancha José Bono, a quién contra todo pronóstico ganó por un estrechísimo margen de sólo 9 votos.
Claro está que a nadie se le escapa que aquello de que “los de los propios partidos son unos hijos de puta”, que un micrófono que pasó inadvertido a Bono le recogió a finales de 2008 durante una conversación informal, lo debe haber pensado y dicho en muchas más ocasiones, probablemente antes, pero seguro, durante la primavera del año 2000.
El Confidencial del 21 de julio del año pasado recogía que, por aquel tiempo, Zapatero ordenó a su hombre de confianza y portavoz de la ya desaparecida corriente Nueva Vía, Jesús Caldera, que investigase a Bono para probar que se había enriquecido ilícitamente y, de paso, acabar con su carrera política y vencerle en aquel Congreso. Caldera lo hizo, y utilizó en su hazaña medios humanos y materiales del PSOE, como a uno de los llamados “fontaneros del PSOE”, el ex jefe de gabinete del propio Bono, Pérez Sanz, entre otros.
Zapatero ha ido utilizando a sus compañeros de partido, a los que en muchos casos ha pedido realizar el trabajo sucio y a quienes ha expulsado de su círculo hasta acabar con su carrera política, o hecho pasar la sed de las travesías del desierto que les ha ido imponiendo: Manuel Marín, Alfonso Guerra, Jordi Sevilla, López Aguilar, Trinidad Jiménez y hasta el propio Caldera, a quién expulsó del Gobierno en 2008.
Lo cierto es que varios medios de comunicación investigaron el año pasado sobre el patrimonio de Bono e informaron sobre su supuesto extraordinario enriquecimiento. Pero estas cuestiones, a las que Zapatero ha quitado importancia actualmente, curiosamente fueron las mismas que le indujeron a sospechas en el año 2000, poco después de que La Razón otorgara una portada completa a Bono el 10 de junio de 1999 con el siguiente titular: "Bono compra más barato que nadie".
En la encuesta de Sigma Dos que el domingo publicaba El Mundo, la primera de 2011, se confirma la gran diferencia en intención de voto entre PP y PSOE, y se afirma que, de celebrarse hoy elecciones, el PP conseguiría el 48,7 % de los votos frente al 30,32 % que obtendría el PSOE de Zapatero. Rajoy, con 18,4 puntos de ventaja, batiría así el record de Felipe González en 1982.
Nunca la brecha entre los dos partidos había sido tan grande, y el PSOE se situaría en una marca hasta ahora desconocida, casi cuatro puntos inferior al desastroso 34,1 % que obtuvo Joaquín Almunia en el año 2000. Según el sondeo, desde las elecciones de marzo de 2008, los socialistas han perdido 13,6 puntos, mientras que los populares han ganado 8,8.
Pero no sólo las encuestas realizadas para El Mundo sitúan al PP vencedor. En los últimos meses han salido a la luz sondeos en El País y Público en los que se vaticina una clara derrota para los socialistas. El 3 de octubre El País publicaba que el PP aventajaba en 14,5 puntos porcentuales al PSOE, según la encuesta de Metroscopia, y este domingo 2 de enero, se hizo eco de que "El 22-M amenaza la mayoría del poder autonómico y municipal del PSOE" y añadía que "las encuestas anuncian el mayor descalabro de la historia socialista".
Con todo, al ser preguntado por Carlos Herrera, y ante la obviedad de las encuestas, Zapatero contestó que “esto no es lo que parece”.
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