Periodista
Una de las razones por las que a mi juicio se explica la caída libre demoscópica de ese confuso entramado de relaciones y dependencias que forman el binomio PSOE/Junta o viceversa, es el fracaso del modelo de gesto y gasto en el que llevan instalados varias décadas. A pesar de un denodado esfuerzo por adunar mediáticamente al personal recreando la imagen ficticia de una Andalucía que sólo existe en las campañas publicitarias, el discurso ya no resulta creíble.
Por ejemplo, puede que ustedes recuerden que hace un mes comentaba en este mismo espacio el gesto de la Junta de gastar una pasta en lanzar una campaña publicitaria destinada a eliminar los tópicos sobre Andalucía en el resto de España. Si hacen memoria, recordarán que la Junta había encargado la promoción de esa campaña que propiciaba la imagen de efectividad y solvencia de los andaluces a una compañía catalana y no a una andaluza. Pues bien, un mes después de que el presidente Griñán presentase la ocurrencia por todo lo alto en Madrid, se desconoce todavía qué acciones se han realizado o se van a realizar dentro de la emotiva campaña.
Bueno, pues eso no es lo más significativo. Lo que define el tiempo en que vivimos es que muy probablemente usted no se haya sorprendido lo más mínimo porque esta campaña esté vacía de contenido y sólo haya tenido una carcasa promocional y efervescente de efímero recorrido. Es el estilo de la casa. El mismo, por cierto, empleado en Almería hace ya un año cuando el consejero de Turismo vino a presentar virtualmente una "inminente" Escuela de Golf en el Toyo. ¿Alguien sabe en qué hoyo se les cayó el proyecto? Pues eso.
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