Kayros
Periodista
En Sevilla, convención, euforia, fiesta eucarística. En definitiva, liturgia de lo que se espera pero que aún no sabemos. Todavía en el posibilismo a esta parte de la realidad presentida y solo las estadísticas nos traen una lejanísima visión del reino. Yo no viajé a la capital sevillana. Hablo de oídas y de lo que avanzan los medios de comunicación.
Lo primero los gestos: abrazo de Aznar a Rajoy ocultando los desencuentros últimos. Retratos de familia. Aquí no cabe la crítica interna. El lema: estamos preparados, poseemos las soluciones, pueden confiar en nosotros. Y mucha euforia, esos sí. En el discurso de Rajoy ni una proposición concreta, ni el menor avance de su programa. No hay que dejar ningún cabo suelto, no sea que luego la realidad venga a chafarnos el tenderete.
Por supuesto cero palabras para la corrupción, y sonrisas, muchas sonrisas de Camps, etcétera. Creen que una vez ganen las elecciones, Gürtel será un pequeño episodio sin importancia; por algo los corruptos tienen otra vez el pasaporte para presentarse de nuevo. Y vuelta a empezar. A través de las encuestas, espoleadas por la euforia, aparecen unas cosas y se ocultan otras. Por ejemplo la discutida historia del PP sobre la autonomía andaluza. Las duras palabras de Aznar contra la descentralización del Estado. A lomos de la crisis y bajo el peor momento de Zapatero es muy fácil ofrecerse como solución salvadora, pero están por ver esos remedios tan esperados. Al menos todavía no son explícitos.
Me van a perdonar si uno también hace futurología barata a tenor de lo que sabe del comportamiento de la derecha en otros períodos. Su presumible apoyo al gran capital, espero que no llegue, como la otra vez, a privatizar grandes empresas para ofrecérselas a compañeros de colegio concertado. Espero también que no retrocedamos en los avances sociales ya conseguidos por las clases trabajadoras.
No se trata de hacer un canto a la izquierda en el poder-llevo meses escribiendo sobre la imposibilidad de la izquierda en este momento- pero me gustaría para mi país una derecha civilizada que no desentonara de la derecha europea, pues si alguna ventaja tiene el PP sobre el PSOE es que, ideológicamente al menos, es primo hermano de los gobiernos que hoy dirigen la comunidad.
(La Voz de Almería)
(La Voz de Almería)
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