Mujer y Haití

Macarena Ruiz Esquinas

No quiero saber, ni sentir, todo lo que estás viviendo, pero mi corazón no es de hielo. Tus ojos ven y tu cuerpo graba en su corazón  lo que nadie en su vida quiere vivir. No tengo palabras para describir  el terror de tu mirada y la incomprensión del mundo de dejarte sola y abandonada a tu suerte, sin saber si mañana no volverán. ¿Qué sentido tiene el mundo cuando permite tal horror? No hay valores, no hay humanidad, no hay nada, solo querer el poder, el conquistar y salvarse a uno mismo.

Tú no volverás a ser la misma, mirarás a la vida con rabia y dolor, el color de tu vida cambiará  y tu piel no dejará que nadie la humille más. El amor que el mundo te regala es fruto del deseo de una serpiente envenenada que te deja sin vida y sin esperanza. No hay mayor castigo que dejarte en el olvido, como si el mundo no oyese nada y te diese la espalda. Tu cuerpo y tu mente no hablará de lo que viviste, pero tu alma no te escuchará y dejará que un día, un buen día, logre contar al mundo todo lo que estás viviendo, sufriendo y, con ayuda de la nueva generación y llena de coraje, lograrás avanzar y volver amar.

Para todas las mujeres y niñas que sufren violaciones cada día en Haití y nadie logra parar esta barbarie.