Laura R. Carretero
Candidata de UPD a la alcaldía de Almería
Aunque Los medios de comunicación no se hagan eco de la cuestión, UPD, Unión Progreso y Democracia, es el único partido de carácter nacional que se ha opuesto a la ley Sinde; sin duda esta posición nace del sentido “neutral” que ha de tener la red. Como afiliado a este partido entiendo que la lay Sinde no es más que otra concesión a los “artistas”, a las sociedades de autores (SGAE, entre otras) y a las empresas de producción audiovisual (generalmente extranjeras).
A los primeros porque aun a costa de un menor conocimiento de su obra obtendrán más beneficios por ella, y además con menos trabajo; esto de dar galas para ganar dinero es más pesado que cobrar por la reproducción de su obra. A los segundos y a los primeros por aumentar sus beneficios mas allá de los 28 millones de euros que el Estado recaudó en su nombre por el canon digital; que, dicho sea de paso, ha criticado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea con sede en Luxemburgo, por considerar que este tipo de gravamen indiscriminado no se ajusta al derecho de la Unión Europea. Y a los terceros, porque, aun con una difusión más reducida, aumentarán sus beneficios.
No obstante parece extraño que en España esta ley haya despertado tantas simpatías entre los “artistas”, extrañamente a lo que sucedió en Inglaterra donde una medida similar propuesta por el gobierno del Reino Unido recibió el rechazo de multitud de músicos y grupos, entre los que se encontraban Paúl McCartney y Elton John; lo sorprendente es que estos autores opinaban que la medida era “cara” para los ciudadanos, y que “además de anticuada, era inadecuada para un Gobierno que piense en el futuro".
Lo cierto es que en España la ley se aplicará y dejará en manos del gobierno de turno el cierre de páginas web cuyo contenido suponga vulneración de derechos patrimoniales; la modificación pactada no supone, según los juristas, garantía jurídica plena y deja en manos del poder político cercenar la libertad de expresión.
Desde UPD hemos ido más lejos en esta cuestión. No solo estamos a favor de la “neutralidad” en la red, sino que queremos que las sociedades generales de autores estén controladas por el Estado y no marquen sus precios o tasas libremente. Yo personalmente estoy a favor de que además se regule el tiempo de la propiedad intelectual. No es lógico que si alguien inventa un medicamento que salva vidas obtenga una patente por 20 años (a partir de los cuales, su medicamento puede ser copiado sin pagar) y las sociedades de autores (SGAE y otras) quieran cobrar por las realización en un colegio de una obra de teatro.
Solo espero que a esta medida le ocurra como a aquel ideólogo que argumentaba que no había que emitir los partidos de futbol en televisión. Su argumento era que si un espectador podía verlo cómodamente en su casa, para qué iba a pagar por ir al estadio. Lo cierto es que durante bastante tiempo los españoles dejamos de ver futbol y veíamos baloncesto. El resultado fue que el baloncesto comenzó a ser un deporte seguido y practicado por muchos; aunque me temo que esto solo aumentará el beneficio de las mafias de reproducción y un incremento en las ventas del “top manta”.
A los primeros porque aun a costa de un menor conocimiento de su obra obtendrán más beneficios por ella, y además con menos trabajo; esto de dar galas para ganar dinero es más pesado que cobrar por la reproducción de su obra. A los segundos y a los primeros por aumentar sus beneficios mas allá de los 28 millones de euros que el Estado recaudó en su nombre por el canon digital; que, dicho sea de paso, ha criticado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea con sede en Luxemburgo, por considerar que este tipo de gravamen indiscriminado no se ajusta al derecho de la Unión Europea. Y a los terceros, porque, aun con una difusión más reducida, aumentarán sus beneficios.
No obstante parece extraño que en España esta ley haya despertado tantas simpatías entre los “artistas”, extrañamente a lo que sucedió en Inglaterra donde una medida similar propuesta por el gobierno del Reino Unido recibió el rechazo de multitud de músicos y grupos, entre los que se encontraban Paúl McCartney y Elton John; lo sorprendente es que estos autores opinaban que la medida era “cara” para los ciudadanos, y que “además de anticuada, era inadecuada para un Gobierno que piense en el futuro".
Lo cierto es que en España la ley se aplicará y dejará en manos del gobierno de turno el cierre de páginas web cuyo contenido suponga vulneración de derechos patrimoniales; la modificación pactada no supone, según los juristas, garantía jurídica plena y deja en manos del poder político cercenar la libertad de expresión.
Desde UPD hemos ido más lejos en esta cuestión. No solo estamos a favor de la “neutralidad” en la red, sino que queremos que las sociedades generales de autores estén controladas por el Estado y no marquen sus precios o tasas libremente. Yo personalmente estoy a favor de que además se regule el tiempo de la propiedad intelectual. No es lógico que si alguien inventa un medicamento que salva vidas obtenga una patente por 20 años (a partir de los cuales, su medicamento puede ser copiado sin pagar) y las sociedades de autores (SGAE y otras) quieran cobrar por las realización en un colegio de una obra de teatro.
Solo espero que a esta medida le ocurra como a aquel ideólogo que argumentaba que no había que emitir los partidos de futbol en televisión. Su argumento era que si un espectador podía verlo cómodamente en su casa, para qué iba a pagar por ir al estadio. Lo cierto es que durante bastante tiempo los españoles dejamos de ver futbol y veíamos baloncesto. El resultado fue que el baloncesto comenzó a ser un deporte seguido y practicado por muchos; aunque me temo que esto solo aumentará el beneficio de las mafias de reproducción y un incremento en las ventas del “top manta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario