Rebajas, humor y palomitas

Macarena Ruiz Esquinas
El otro día, hice una apuesta que fue la siguiente: encontrar por cinco euros una buena rebaja. Sin miedo y sin temor, me lancé a la calle. Vamos adelante, sí, vamos a ver las oportunidades en el sector textil, que merezca la pena, con un presupuesto digno de ser gastado. Fui tienda por tienda, vamos a ver la colección de este año, Otoño-Invierno, alguna oportunidad, que, de verdad, pienses, esto son rebajas.
Observando la calidad, todo era pura viscosa, licra, poliéster….¿de qué estamos hablando, por favor? Aquí calidad, muy buenos diseños de los que apenas hay tallas para elegir, pero ese diseño ya, ahora mismo, está pasado de moda y no  son buenas texturas, ese tacto recio, que te lija la piel (nada, fuera).
Luego están las prendas buenas, pero buenas, buenas que te asustan de lo que valen en rebajas -¡madre mía, qué valdrán sin ellas!-, luego pides calidad, a mí, prendas de algodón, lana, seda, que tengo la piel muy sensible y me puede producir una reacción alérgica ¡no vayamos a tonterías!, que luego pido una indemnización al fabricante de la marca. Algunas prendas son tan suaves, tan mimosas (como aquel detergente que vendían), que te entra un sueño y uno no se compra ropa para dormirse a los dos minutos.
Total, entre lo que está desfasado, lo que provoca alergia, lo que da sueño y lo que asusta por cómo se llama la cifra, yo seguía con los cinco euros metidos en el bolsillo. Y me daba apuro: ¿cómo me voy a mi casa y no ayudo a avanzar la economía almeriense? Para todo hay solución. Al final, en Mango encontré a mi víctima, una prenda inconfundible, algo fuera de los normal, un diseño sexy y actual, y de calidad, algodón 100%, que no es poco. Y lo mejor es que me sobró dinero de los cinco euros y cuando salí de la tienda me regalaron una bolsa de diseño. ¡Aquí, con categoría!
Como seguía con más dinero, quería seguir invirtiendo y continué de compras, compré para invitar a cinco personas para comer (sí, es real), todo camuflado en la bolsa. Era un aperitivo recién hecho, su olor invita a decir ¡ponte la película ya, que el público se va!  Y ahí iba yo con mi bolsa de rebajas bien llena, para que la gente no compare!, se pensarán que por llevar más bolsas ¡van a vacilar más!, a mí me lo van a decir, ¡les doy un bolsazo de palomitas! ¡Mañana saldré a por mi próxima víctima!

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